jueves, 2 de octubre de 2025

Mitos y realidades del Rosario


 Traducido del sitio Catholic News Agency:

La Iglesia católica designa octubre como el Mes del Rosario y el 7 de octubre es la fiesta de Nuestra Señora del Rosario. He aquí siete mitos y realidades comunes sobre esta devoción a Nuestra Señora.

1. Sólo los católicos pueden rezar el rosario.

Falso. Aunque los rosarios suelen asociarse a los católicos, los no católicos pueden rezar el rosario y, de hecho, muchos lo atribuyen a su conversión. Incluso algunos protestantes reconocen el rosario como una forma válida de oración.

2. Rezar el rosario es idolatría

Falso. Algunos tienen objeciones al rosario, alegando que idolatra a María y es excesivamente repetitivo. 

Al igual que cualquier otra práctica, se puede abusar del rosario, del mismo modo que alguien puede idolatrar a un pastor o sacerdote en particular, una forma de culto o el ayuno. Pero el rosario en sí no es una forma de idolatría. 

El rosario no es una oración a María - es una meditación sobre la vida de Cristo revelada en cinco misterios "con el propósito de llevar a la persona que reza a reflexionar más profundamente sobre las alegrías, sacrificios, sufrimientos y los gloriosos milagros de la vida de Cristo"

Cuando rezamos el Avemaría, no estamos adorando a María, sino pidiendo su intercesión, igual que pediríamos a un amigo o a un familiar que rezara por nosotros. 

En segundo lugar, cualquier oración puede perder su significado si no la meditamos intencionadamente. Centrarse en los misterios con propósito e intención es la clave del poder transformador del rosario. Como dice un autor: "El rosario en sí permanece igual, pero nosotros no".

3. Puedes llevar un rosario como collar.

Depende. Normalmente se considera irrespetuoso e irreverente llevar un rosario colgado del cuello como joya, aunque la Iglesia no tiene una declaración explícita en contra de hacerlo.

Sin embargo, el canon 1171 del Código de Derecho Canónico dice que "los objetos sagrados, destinados al culto divino por dedicación o bendición, deben ser tratados con reverencia. No deben destinarse a usos profanos o impropios, aunque pertenezcan a personas privadas".

Es importante tratar el rosario con respeto e intención. Llevar el rosario como una joya no es respetuoso y debe evitarse. Ni que decir tiene que llevar el rosario como símbolo de burla o de pandilla sería pecado.

Pero si su intención es usar el rosario y tener presente la oración, entonces podría ser permisible. No es infrecuente en algunas culturas, como en Honduras y El Salvador, ver el rosario respetuosamente colgado del cuello como signo de devoción.

Los anillos o pulseras del rosario podrían ser una mejor opción si desea tener su rosario a mano como recordatorio para rezar, ya que se mantienen más fuera de la vista y no serían tan fácilmente malinterpretados como una pieza de joyería. 

4. El rosario es un símbolo extremista.

Falso. Un artículo de 2022 muy compartido en Atlantic se hizo viral por acusar al rosario de ser un "símbolo extremista"

"Al igual que el fusil AR-15 se ha convertido en un objeto sagrado para los nacionalistas cristianos en general, el rosario ha adquirido un significado militarista para los católicos radicales-tradicionales (o 'rad trad')", decía el artículo.

El autor también citaba la postura de la Iglesia sobre el matrimonio tradicional y la santidad de la vida como prueba de "extremismo" y afirmaba que la tendencia de los católicos a llamar al rosario "arma en la lucha contra el mal" es peligrosa.

Como informó CNA en 2022, los papas han instado a los católicos a rezar el rosario desde 1571 - a menudo refiriéndose al rosario como un "arma" de oración y la herramienta espiritual más poderosa.

5. El rosario no es bíblico.

Falso. La mayoría de sus palabras proceden directamente de las Escrituras.

En primer lugar, se reza el Padre Nuestro. Las palabras del Padre Nuestro son las que Cristo enseñó a rezar a sus discípulos en Mateo 6:9-13.

El Ave María también procede directamente de la Biblia. La primera parte, "Dios te salve, llena eres de gracia, el Señor es contigo", proviene de Lucas 1:28, y la segunda, "Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre", se encuentra en Lucas 1:42.

Por último, cada una de las decenas del rosario simboliza un acontecimiento de la vida de Jesús y María. Las decenas se dividen en cuatro grupos de misterios: gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos, la mayoría de los cuales se encuentran en las Escrituras.

6. Una cuenta del rosario, o un guisante, puede matarte.

Algo cierto. El guisante rosario, o semilla de abrus, es una planta enredadera originaria de la India y partes de Asia. Las semillas de esta enredadera, de color rojo con manchas negras, se utilizan a menudo para fabricar joyas de abalorios, incluidos los rosarios. Las semillas de guisante de rosario contienen una sustancia tóxica llamada "abrin", un veneno natural que puede ser mortal si se ingiere. Sin embargo, es poco probable que alguien se intoxique con abrín por el mero hecho de sostener un rosario hecho con semillas de abrus, ya que tendría que tragárselas.

Hoy en día, la mayoría de los rosarios se fabrican con otros materiales no tóxicos, como madera de olivo o vidrio, lo que elimina esta preocupación.

7. Llevar un rosario puede protegerle.

Cierto. El rosario ha demostrado ser una fuerza milagrosa para proteger a los creyentes y concederles gracias adicionales, como la victoria de las fuerzas cristianas en la batalla de Lepanto después de que San Pío V implorara a los cristianos occidentales que rezaran el rosario.

Muchos grandes santos a lo largo de la historia, como el Papa Juan Pablo II, el Padre Pío y Lucía de Fátima, también han reconocido que el rosario es el arma más poderosa para combatir las verdaderas batallas espirituales a las que nos enfrentamos en el mundo. 

Sabemos que la guerra espiritual es un peligro real y presente: "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra los espíritus malignos de los cielos" (Efesios 6,11-12). 

"Si deseáis la paz en vuestros corazones, en vuestras casas y en vuestra patria, reuníos cada noche para rezar el rosario. No dejéis pasar ni un solo día sin rezarlo, por muy cargados que estéis de preocupaciones y trabajos", dijo el Papa Pío XI.

 Edie Heipel

miércoles, 1 de octubre de 2025

Los Santos y el Rosario: Santa Teresa de Lisieux

 

Del sitio De la Rueca a la Pluma:

El otro día me encontré, en un prestigioso calendario religioso, la siguiente frase atribuida a Teresa de Lisieux o “santa Teresita”: "Con el rosario se puede alcanzar todo. Según una graciosa comparación, es una larga cadena que une el cielo y la tierra, uno de cuyos extremos está en nuestras manos y el otro en las de la Santísima Virgen".

Sorprendida, busqué en internet y encontré que esa misma frase está atribuida a la Santa en diversas páginas, algunas incluso páginas oficiales de diócesis españolas. No solo eso, sino que incluso, en alguna de esas páginas, el discurso continuaba con lo siguiente: “Mientras el Rosario sea rezado, Dios no puede abandonar al mundo, pues esta oración es muy poderosa sobre su Corazón”.

No dejó de asombrarme encontrar esas afirmaciones sobre el rosario, que Santa Teresa del Niño Jesús no solo nunca dijo ni escribió, sino que más bien son contrarias a su vida, pensamiento y doctrina.

Las frases son muy bonitas, ciertamente. Pero la cruda realidad de Teresa con el rosario no es esa.

El 20 de agosto de 1897, en su lecho de muerte, Teresa de Lisieux decía a su hermana Inés: "¡Y pensar que toda la vida me ha costado tanto rezar el rosario!"

Sí, Teresa lo decía con pena. Pero esa era la verdad. Verdad que escribió en su Historia de un alma: "Pero rezar yo sola el rosario (me da vergüenza decirlo) me cuesta más que ponerme un instrumento de penitencia… ¡Sé que lo rezo tan mal! Por más que me esfuerzo por meditar los misterios del rosario, no consigo fijar la atención… Durante mucho tiempo viví desconsolada por esta falta de atención, que me extrañaba, pues amo tanto a la Santísima Virgen, que debería resultarme fácil rezar en su honor unas oraciones que tanto le agradan.  Ahora me entristezco ya menos, pues pienso que, como la Reina de los cielos es mi Madre, ve mi buena voluntad y se conforma con ella». (Historia de un alma Ms C 25v).

¿A Teresa de Lisieux, por tanto, no le gustaba rezar el avemaría o el padrenuestro? No, no era eso. De hecho, ella continúa diciendo: "A veces, cuando mi espíritu está tan seco que me es imposible sacar un solo pensamiento para unirme a Dios, rezo muy despacio un 'Padrenuestro', y luego la salutación angélica. Entonces, esas oraciones me encantan y alimentan mi alma mucho más que si las rezase precipitadamente un centenar de veces…".

Teresa gustaba de rezar “muy despacio” esas oraciones tan bíblicas y evangélicas, pero no el rosario, repitiéndolas una y otra vez. Con esto, como en otros muchos aspectos, Teresa se salía del canon establecido de santidad. Pues para ser elevado a los altares, muchos suponían que debía de gustarte mucho rezar el rosario.

Sin embargo, lo que es indudable es el amor a María de Teresa de Lisieux. Su última poesía, escrita pocos meses antes de fallecer, la dedicó a la Virgen, con el título "Por qué te amo, oh María". Y en ella, va desgranando las escenas marianas del Evangelio, presentando a María como mujer de fe probada, mujer que sufre, mujer imitable más que admirable… Ella decía, como veremos, que le hubiese gustado ser sacerdote, entre otros motivos, para predicar sobre María.

Al día siguiente de esas palabras sobre el rosario que escribo más arriba, el día 21 de agosto de 1897, Teresa dice lo siguiente a su hermana:

"¡Cuánto me hubiera gustado ser sacerdote para predicar sobre la Santísima Virgen! Un solo sermón me habría bastado para decir todo lo que pienso al respecto. Ante todo, hubiera hecho ver qué poco se conoce su vida. No habría que decir de Ella cosas inverosímiles o que no sabemos; por ejemplo, que, de muy pequeñita, a los tres años, la Santísima Virgen fue al templo para ofrecerse a Dios con ardientes sentimientos de amor, totalmente extraordinarios, cuando tal vez fue allá sencillamente por obedecer a sus padres.

¿Y por qué decir también, al hablar de las palabras proféticas del anciano Simeón, que la Santísima Virgen, a partir de ese momento, tuvo constantemente ante los ojos la pasión del Señor? 'Una espada te atravesará el alma', le dijo el anciano. Por lo tanto, no se trataba del presente, ¿te das cuenta, Madrecita?; era una predicción genérica para el futuro.

Para que un sermón sobre la Virgen me guste y me aproveche, tiene que hacerme ver su vida real, no su vida supuesta; y estoy segura de que su vida real fue extremadamente sencilla. Nos la presentan inaccesible, habría que presentarla imitable, hacer resaltar sus virtudes, decir que Ella vivía de fe igual que nosotros, probarlo por el Evangelio, donde leemos: 'No comprendieron lo que quería decir'. Y esta otra frase, no menos misteriosa: 'Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño'. Esta admiración supone una cierta extrañeza, ¿no te parece, Madrecita?

Sabemos muy bien que la Santísima Virgen es la Reina del cielo y de la tierra, pero es más madre que reina; y no se debe decir que, a causa de sus prerrogativas, eclipsa la gloria de todos los santos, como el sol al amanecer hace que desaparezcan las estrellas. ¡Dios mío, qué cosa más extraña! ¡Una madre que hace desaparecer la gloria de sus hijos…! Yo pienso todo lo contrario, yo creo que ella aumentará con mucho el esplendor de los elegidos.

Está bien hablar de sus privilegios, pero no hay que quedarse ahí; y si en un sermón nos vemos obligados a exclamar desde el principio hasta el final: '¡oh! ¡oh'”, acaba uno harto. ¡Y quién sabe si en ese caso algún alma no llegará incluso a sentir cierto distanciamiento de una criatura tan superior y a decir: 'Si eso es así, mejor irse a brillar como se pueda en un rincón'.

Lo que la Santísima Virgen tiene sobre nosotros es que ella no podía pecar y que estaba exenta del pecado original. Pero, por otra parte, tuvo menos suerte que nosotros, porque ella no tuvo una Santísima Virgen a quien amar, y eso es una dulzura más para nosotros y una dulzura menos para Ella.

Finalmente, en mi cántico 'Por qué te amo, María', he dicho todo lo que predicaría sobre Ella".

Teresita jamás dijo que ningún tipo de oración o devoción nos acercase más a Dios. Su confianza ilimitada en el amor misericordioso e incondicional de Dios le impedía pensar de este modo. Incluso su famosa “Ofrenda al Amor Misericordioso de Dios”, nunca la consideró una oración que acercase más a Dios. De hecho, en una ocasión una novicia le preguntó si con esa oración se alcanzaba el cielo, a lo que ella respondió subrayando la necesidad de practicar la “caridad para con el prójimo” (CF. Procesos, p. 621).

Con esto no quiero decir que el rosario no sea una oración muy válida y que hace mucho bien a muchas personas. Oración que muchos santos rezaban con devoción. La misma Teresa de Jesús, la fundadora del Carmelo Descalzo, rezaba el rosario. Pero ella jamás obligó a sus monjas a rezarlo. Ni el rosario ni ningún otro tipo de oración piadosa (novenas, procesiones, etc.), dejando gran libertad en materia espiritual: "Lo que más os despertare a amar, eso haced" fue su máxima.

Las dos Teresas coinciden en su amor a la Virgen, pero también en su respeto a la devoción personal de cada creyente.

Termino estas palabras invitando a rezar “muy despacio” un avemaría y un padrenuestro y también recomendando la lectura y meditación del poema “Por qué te amo, oh María”, último poema que escribió Teresa de Lisieux.