El Papa Francisco se reúne con miembros de la Cofradía española de Nuestra Señora de Montserrat en el 800 aniversario de su fundación, y recuerda que "la Santísima Virgen María es nuestra madre y abogada que deshace los nudos en los que a veces entretejemos nuestras vidas".
"María es nuestra madre y abogada, que nos ayuda a desatar nuestros nudos", dijo el Papa Francisco en su encuentro.
En sus palabras, el Papa Francisco expresó además su alegría por recibir a los peregrinos en el día en que la Iglesia celebra a Nuestra Señora del Rosario.
El Papa Francisco dijo que "celebrar a María es celebrar la cercanía y la ternura de Dios que está con su pueblo, que no nos deja solos, que nos ha dado una Madre que nos cuida y nos acompaña."
"Celebrar a María es celebrar la cercanía y la ternura de Dios que está con su pueblo, que no nos deja solos, que nos ha dado una Madre que nos cuida y nos acompaña", dijo el Papa.
Así, el Papa Francisco recordó que el grupo había venido como peregrinos a Roma precisamente "para celebrar y dar gracias al Señor por esta presencia tan cercana de María que, desde hace 800 años, os acompaña en el camino de la vida cristiana". El Papa les pidió que se unieran a él para evocar la imagen de "la Virgen de Montserrat, la querida "Moreneta", la Virgen negra, que está sentada, sosteniendo al Niño".
El Papa Francisco dijo además que tener presente esta doble vocación de María, de ser madre de Dios y madre nuestra, ayuda a reflexionar mejor sobre el lema elegido para su peregrinación, que era "piedad popular, amistad social y fraternidad universal".
El Papa Francisco reconoció la importancia de la devoción mariana en las manifestaciones de piedad del santo pueblo fiel de Dios.
"Pensad, en estos 800 años de presencia en Montserrat", reflexionó el Papa, "¡cuántos fieles han visitado su santuario, han desenrollado las cuentas del rosario y han pedido humilde y sencillamente a la Moreneta su intercesión por ellos y por sus seres queridos! ¡Cuántas manifestaciones de afecto filial, súplicas y acciones de gracias!", indicó.
Continuando, el Santo Padre afirmó que "podemos imaginar a María diciendo en el fondo de su corazón a cada uno de sus hijos, con serenidad y dulzura, como en Caná de Galilea: Haced lo que Jesús os diga".
"La fuerza evangelizadora de la piedad popular, crea condiciones favorables para que crezcan y se fortalezcan los lazos de amistad y fraternidad entre los pueblos", dijo el Papa.
"También en este aspecto", observó el Papa, "la devoción mariana ocupa un lugar privilegiado".
El Papa Francisco recordó a María, como nuestra "Madre" y "facilitadora", diciendo que la palabra "defensora" se ha vuelto un poco "demasiado funcional".
"María es facilitadora en los conflictos y en los problemas, como la falta de vino en las bodas... María es facilitadora en conflictos y problemas, como la falta de vino en las bodas", indicó el Papa.
Continuando, el Papa dijo que "la Virgen, allana también el camino de la amistad entre los pueblos, invitándonos a volver la mirada hacia el origen y la meta de nuestra existencia: Jesucristo, y nos anima a seguir su ejemplo, caminando por las sendas de la paz, la bondad, la escucha y el diálogo paciente y confiado".
"La Virgen de Montserrat, con el mundo en sus manos", dijo el Papa, "nos invita a vivir esta fraternidad universal, sin fronteras, sin exclusiones, que disipa las sombras de un ambiente cerrado."
Animándoles a seguir adelante en esta misión, el Papa Francisco concluyó rezando para que Jesús les bendiga y para que la Santísima Virgen les guarde y les ayude a seguir caminando juntos.
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