Del sitio Aleteia:
Movidos por su amor a la Virgen, un grupo de jóvenes de la parroquia de san Juan Crisóstomo de Madrid, muy cercana al Parque de la Virgen Blanca, ha decidido restaurar y recuperar la imagen de la Inmaculada Concepción que llevaba años muy deteriorada y sufriendo ataques vandálicos.
Junto al párroco, Don Fernando Simón, comenzaron una campaña alrededor de la fiesta del Pilar (12 de octubre) del pasado año y gracias a la colaboración de muchas personas han logrado recaudar 30 mil euros.
Después de contactar con proveedores, los voluntarios han recuperado la figura de la Virgen de mármol blanco y, para protegerla, han colocado una verja perimetral en el templete que la acoge. Además, han instalado iluminación nocturna y han limpiado el jardín, que estaba bastante descuidado.
La imagen de la Virgen pertenecía a la capilla del Asilo de Santa Cristina, que se construyó en el barrio de Moncloa en 1895 y atendía a niños y ancianos pobres. A principios del siglo XX podía acoger a unas 700 personas diariamente y se les ofrecía comida y un lugar para dormir.
Durante la Guerra Civil española, Madrid fue fuertemente bombardeada y sus calles fueron escenario de cruentas batallas.
Cuenta la leyenda que un día una de las monjas que atendía el asilo estaba rezando en la capilla y oyó como la Virgen le decía que salieran inmediatamente de allí porque estaban en peligro. Efectivamente, al poco rato, una bomba destruyó parte del edificio.
Durante los combates, los soldados se hicieron con la imagen de la Virgen y se la llevaron a las trincheras. Allí quedó sepultada, porque después de los enfrentamientos llevados a cabo en esta zona, el edificio del asilo quedó totalmente arrasado.
Tanto que al finalizar la guerra, se dinamitaron los pocos restos que quedaban en pie y se desescombró la zona. Años después, durante la postguerra, la imagen de la Virgen fue encontrada de nuevo por unos niños que jugaban en esta explanada abandonada.
La escultura, de mármol blanco, sufría bastantes daños debidos a la contienda, sobre todo en el rostro, manos y pies, pero es lo único que quedó de todo el conjunto del Asilo.
De manera que, con motivo del año Mariano convocado por el Papa Pío XII en 1954, la Universidad Complutense decidió erigir de modo solemne un templete para acoger a la Inmaculada Concepción.
Se ubicó en su emplazamiento actual, entre el Hospital Clínico de San Carlos y el Museo de América, en el interior de un parque que lleva su nombre: Parque de la Virgen Blanca.
A sus pies hay una inscripción que dice "Virgen y Madre rogad por nosotros, Amén" y en una lápida, que también ha sido restaurada, puede leerse:
"Inmaculada Concepción de la ciudad universitaria.
Esta imagen de la virgen se veneraba en el asilo de Santa Cristina sito en este santo lugar en el centro de la ciudad universitaria hasta 1936.
Tras las cruentas batallas desarrolladas en este lugar durante la Guerra Civil, las minas y la metralla destruyeron el asilo y mutilaron la venerada imagen de la Virgen Inmaculada. El pueblo de Madrid la siguió rindiendo fervorosa veneración y culto. La junta de la Ciudad Universitaria en el año santo mariano de 1954 ha querido honrar a la Santísima Virgen en su venerada y mutilada imagen dedicándole este monumento".
La ermita fue un lugar de oración y plegaria ya que, al estar cerca de un hospital, muchos enfermos y sus familias se acercaban a rezar. Y también jóvenes estudiantes de la universidad o vecinos del barrio acudían a ella y la visitaban.
Sin embargo, la ermita y el parque han sufrido una situación de deterioro y dejadez, sobre todo los últimos años. Al estar situada en un lugar ligeramente apartado, algunos jóvenes acudían allí a hacer botellón y la imagen de la Virgen, totalmente desprotegida, era objeto de burlas, de pintadas e incluso fue quemada.
Ante esta situación de deterioro, estos jóvenes de la parroquia de San Juan Crisóstomo decidieron actuar.
Tal como han explicado algunos de los que han participado en las labores de remodelación del templete, su intención es "honrar la imagen de la Virgen que a tantas personas ha ayudado y que tanto nos cuida a todos los estudiantes y a todos los enfermos que hay en esta zona".
Para ellos "es una forma muy importante de cuidar a la Virgen y de decirle que la queremos mucho desde la parroquia y desde todo el barrio".
Para el párroco la Virgen es un signo de paz, pues ella ha sufrido tanto y tiene en su rostro las marcas de la violencia. Según él: "Ver su rostro es una llamada al perdón y a la reconciliación entre las personas".
Gracias a estos jóvenes valientes y voluntariosos, el pasado día 1 de marzo fue bendecida la imagen de la Virgen y su templete, dignificado y arreglado, podrá ser de nuevo frecuentado por todo aquel que quiera ir a saludarla.
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