El camino de fe de Mylène parece escrito bajo la mano protectora de María. Desde muy pequeña, recibió la influencia de su abuela, que rezaba el rosario todos los días. Sin embargo, a medida que crecía, Mylène sufrió las discusiones de sus padres y se fue alejando poco a poco de la fe. A los 19 años, sufre una paro cardiorrespiratorio y pasa una semana en coma, durante la cual descubre el rostro amoroso de María. Comenzó entonces una lenta "resurrección" física y espiritual...
Cuando Mylène tenía 18 años, sus padres se separaron. Conmocionada, desarrolló asma y tuvo que hacer frente con regularidad a ataques agudos de disnea. Un ataque, más violento que los demás, la llevó a urgencias en Marsella, donde pasó una semana en coma. Paro cardiorrespiratorio, dos electroencefalogramas planos: Mylène fue declarada en muerte cerebral. Finalmente salió adelante, para asombro de la profesión médica.
De este periodo guarda un recuerdo muy vivo: "Vi a una señora muy guapa con un velo lleno de luz que me miró con una sonrisa y me dijo que se llamaba María. Como había abandonado toda práctica religiosa, no pensaba en absoluto en la Santísima Virgen. Entonces le pregunté con el corazón: «¿Es usted médico? Ella me sonrió como dándome la razón, haciéndome saber que estaba allí para cuidarme y curarme. Me sentí en paz, porque sabía que todo iba a salir bien." Cuando recuperó el habla varios días después de despertarse, Mylène pidió noticias de su benefactora y se quedó perpleja al saber que ningún médico se llamaba María.
En su habitación del hospital, la joven tomó dolorosa conciencia de su estado físico. Un día, mientras intentaba sin éxito comer unos guisantes, elevó una plegaria al cielo: "No puedo quedarme así, tengo 19 años. ¿Cómo voy a salir de esta? Señor, si existes, ¿por qué estoy así? No te he hecho nada, ¡no he hecho nada malo!" Sin obtener respuesta, Mylène vio cómo una chispa se posaba en su hombro. Otro día, al caer, suplicó: "¿Voy a volver a andar? Háblame". Vio que la misma estrellita se posaba en su hombro.Aunque no podía explicarlo, Mylène notaba este fenómeno cada vez que rezaba.
Cuando salió del hospital, su tía la acogió en su casa. Católica devota, había rezado mucho con su grupo de oración durante el coma de Mylène. Le pidió que diera testimonio en una reunión. "Para ella, yo hacía milagros. Yo no quería ir y le dije: 'La religión me queda muy lejos. No podría hablarles de Jesús, no sé nada de eso. Me convenció diciéndome: 'Cuenta tu historia'. Al final de la reunión, alguien me habló de la estrella misteriosa y me enseñó el icono ortodoxo que muestra a la Virgen María con una estrellita en el hombro. Fue entonces cuando me di cuenta de que era Ella".
Pasaron varios años y nuevas pruebas llevaron a Mylène, ya madre, a peregrinar a Medjugorje. Allí tuvo otra poderosa experiencia mariana, y a su regreso se implicó en diversos servicios de la Iglesia: catequesis, oración por las madres, etc. "Cuando experimentas esta paz y este amor, quieres compartirlo con los demás. Cuando experimentas esta paz y este amor, quieres darlo a conocer. El sufrimiento de los demás nos empuja a ser testigos, a llevarles por un camino que les eleve". Tras un retiro espiritual, también se produjo un cambio profesional. Mylène se decantó por la osteopatía, algo que nunca se había planteado. "Siempre he tenido gente en mi camino para ayudarme en mi trayectoria y no dejar de lado mi fe. En aquel momento, tuve la gracia de conocer a un osteópata cristiano para que me guiara".
Este trabajo le permite vivir su fe junto a los que sufren. "Cada mañana empiezo rezando el rosario. Es mi fuerza motriz. En mi consulta tengo un icono misionero de Notre-Dame de Clarté, de las Hermanas Dominicas de Salernes, que ejercen un ministerio de compasión. Durante el día, le confío todos mis pacientes: «María, tú los ves, tú los oyes, ponlos en el corazón de tu hijo Jesús».Yo, que a veces soy torpe en mis oraciones, le pido a María que las diga a su manera, para que se conviertan en su oración. Testigo silencioso de cada sesión, el icono de Nuestra Señora de la Claridad representa a María con una estrella en el hombro...
¡Un bello eco de la historia y del camino de oración de Mylène!
Entrevista realizada por Lætitia d'Hérouville
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