Santa Teresa de Calcuta nos recuerda: "Si alguna vez te sientes afligido durante el día, invoca a Nuestra Señora, sólo di esta sencilla oración: 'María, Madre de Jesús, por favor, sé una madre para mí ahora'. Debo admitir que esta oración nunca me ha fallado".
A menudo rezo el Rosario por las mañanas cuando voy al trabajo. Tengo una pulsera del rosario que me recuerda constantemente la presencia de la Madre María y la invitación a rezar. Mis dedos recorren la piedra lisa y las cuentas de madera mientras medito en los misterios. Mi respiración entra y sale mientras regula mi inhalación y exhalación.
En las pausas para comer doy paseos por los parques de los alrededores, sola o con amigos. Esto me ayuda a detenerme, mirar y dar gracias a Dios. He estado disfrutando de paseos por jardines y vídeos florales en Instagram. Hay una cuenta llamada @NotestotheWild que me ha estado inspirando últimamente. Cada vídeo es una vista de un campo de flores ondeando al viento con música instrumental que llega al corazón. He hecho mis propios vídeos de tulipanes ondeantes, una cascada caudalosa y una puesta de sol dorada inspirándome en la cuenta de esta mujer.
Estar al aire libre en la naturaleza calma el cuerpo y baja la tensión. Para mí, rezar el Rosario también lo hace. Esto es necesario para mantenerme en equilibrio y alejar los síntomas del trastorno bipolar. Cada día hago inventario de cómo está mi estado de ánimo y ajusto mi actividad para mantenerme sano. Si necesito un descanso, me lo tomo. Si necesito hacer más ejercicio, también lo hago. Si necesito dormir más, me acuesto temprano.
Algunos días me cuesta más levantarme de la cama que otros. Ocho horas de sueño es lo mínimo que necesito. Cuando estoy cansada, recuerdo que la hidratación, la nutrición y el ejercicio me ayudarán a sentirme mejor.
En mayo hice una peregrinación con mi amiga Fernanda y mi hermana Mónica. Rezamos el Rosario mientras caminábamos hacia un santuario de María en la ciudad. El sol brillaba sobre nosotras mientras nos quitábamos los jerséis y nos poníamos las gafas de sol. Nos turnamos para dirigir un misterio y rezamos por intenciones concretas que llevamos en el corazón. Los coches pasaban, los pájaros volaban a nuestro alrededor y los perros paseaban.
Una vez sentadas frente al santuario, nos percatamos de que hormigas y arañas se abrían paso por nuestras piernas y bolsos. Nos las quitamos de encima y seguimos rezando. Las sombras de los árboles que bordeaban la calle creaban dibujos sobre la imagen de María y Jesús. Los ramos de flores frescas eran regalos dejados para honrar a María y alegrar el santuario.
A veces me preocupa pensar que volveré a enfermar. Sobre todo si sólo he dormido mal un par de noches o mi estado de ánimo parece más elevado de lo habitual. Pero entonces recuerdo que esto también pasará. Mi estado de ánimo sube y baja como las olas. No tengo por qué preocuparme demasiado, ya que sigue mis cambios hormonales mensuales. Saberlo me reconforta y me ayuda a mantener la calma sea cual sea mi estado de ánimo.
La oración y los sacramentos me aportan dones de sanación y plenitud cuando participo en ellos. Me acercan a la fuerza del amor: Dios mismo.
Rainn Wilson, en una entrevista con Lewis Howes en la Escuela de la Grandeza, dijo: "Creo en Dios. Existe una increíble fuerza divina que podemos aprovechar. Es la fuente misma del amor. Yo equipararía a Dios mucho más que la fuerza del amor que es sinónimo de la fuerza de la gravedad".
A continuación, describe las tres oraciones esenciales, tal y como están escritas en el libro Help, Thanks, Wow, de Anne Lammott.
"Cuando te conectas con ese gran Espíritu. Puedes rezar: 'Ayuda, me vendría muy bien ayuda con esto. Estoy luchando con esto. Y no pasa nada. Gracias por lo que tengo y por el milagro de estar vivo'".
Lo mejor de mi vida es dedicar actos de amor y bondad a mis seres queridos. Crecer en el conocimiento de lo que disfrutan y de cómo reciben el amor es un placer. Es un proceso de aprendizaje desordenado y agradable que no cambiaría por nada. Ofrecer oraciones por ellos me permite confiar en el plan de Dios para todas sus necesidades y deseos. Esto alimenta mi relación con Dios. Y aporta paz a mis relaciones con los demás.
Doy gracias a Jesús por habernos dado a su Madre María para guiarnos, a la naturaleza para calmarnos y a los sacramentos para traernos una vida llena de gracia.
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