María querida, intercede para que nuestra fe aumente al meditar cada misterio del rosario
Quien busca a Jesús tiene un norte definido. Quiere hallar algo, encontrarse con alguien. Puede que vaya a tientas o que tenga muy en claro cómo llegar. Si emprendió el camino, es porque el Espíritu Santo está soplando en su interior.
Quien busca a Jesús a través de María, va con una brújula que lo guía hacia el norte. Por la Madre espera alcanzar al Hijo, y tiene la certeza de lograrlo.
Cuando uno de nosotros trata de acercarse al Señor, la Virgen sonríe y hace todo lo posible para que ello ocurra.
María querida, intercede para que nuestra fe aumente al meditar cada misterio del rosario, al leer los pasajes del Evangelio en los que apareces, al venerarte en imágenes sagradas.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que sintamos la serenidad de peregrinar en paz hacia la tierra celestial.
Amén
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