sábado, 26 de julio de 2025

En Lourdes, por intercesión de María, Kim se convenció de la existencia de Dios

Traducido del sitio Comunidad de Emmanuel:

Kim tiene 23 años. Descubrió la fe en el colegio, un centro católico que le propuso participar en una peregrinación a Lourdes. Ella da testimonio de haber encontrado a Cristo por intercesión de la Virgen María. Un testimonio conmovedor por su sencillez y confianza.

Tranquila y sonriente, Kim cuenta su historia. Una madre atea, un padre católico no practicante y muy discreto sobre su fe, unos abuelos musulmanes. Antes de que ella naciera, decidieron no darle una educación religiosa, dejándola libre para seguir su propio camino una vez que fuera mayor de edad.

Pero no contaban con los encuentros providenciales que se produjeron mucho antes de que cumpliera los 18 años. "Mis padres me matricularon en un colegio católico para que tuviera un buen nivel académico", explica la joven.

La organización familiar llevaba a Kim a llegar al colegio todas las mañanas a las 7:30, mucho antes del comienzo de las clases. "Una mañana, la responsable de pastoral me propuso ir a la capilla, donde se organizaban momentos de oración. Le dije que no sabía nada, que ni siquiera sabía si Dios existía. Ella me dijo: 'Ven, hace calor en la capilla'. Curiosa, la seguí. El ambiente era muy especial, muy relajante, muy tranquilo. Se leían pasajes del Evangelio. La vida de Jesús parecía bastante interesante. Me sentí interpelada y volví allí regularmente».

Poco a poco, Kim se inscribió en el catecismo y, en tercero de secundaria, pidió permiso a sus padres para participar en la peregrinación a Lourdes, una etapa decisiva en su camino espiritual: "Me impresionó mucho la inmensa fe de todos esos enfermos que rezaban el rosario sin cesar y solo esperaban una cosa: tocar la roca de la gruta. A través de esa fe en María, comprendí que Dios existía"

A su regreso de Lourdes, convencida de que Dios existe, pide a sus padres que la bauticen. Primera negativa. Al año siguiente, vuelve a Lourdes, donde María consolida su fe: "Al mirar a la Virgen María, siento una paz total, una ausencia completa de dudas". A su regreso, nueva petición de bautismo, nueva negativa. En primero de bachillerato, durante la fiesta de la Epifanía, sintió una voz interior: "En lo más profundo de mi corazón, oí al Señor decirme: '¡Adelante!'. Al final de la misa, fui a ver al sacerdote para pedirle el bautismo. Mis padres no lo tomaron muy bien, pero yo sabía que Dios estaba conmigo". Unos meses más tarde, la estudiante regresó por tercera vez a Lourdes: "Era la víspera de mi bautismo. Traje agua de Lourdes y vertí unas gotas en el agua del bautismo", cuenta, aún emocionada. Era el 10 de junio de 2018.

Desde entonces, Kim continúa su camino de fe y descubre la duda: "Últimamente he tenido muchas dudas, pero nunca he cuestionado la existencia ni la presencia de María. Incluso cuando ya no 'sentía' nada con Dios, cuando tenía la impresión de estar atravesando el desierto, María estaba ahí como un pilar imposible de arrancar. María siempre me hace volver a lo esencial. Ella me lleva constantemente hacia Dios".

Si ha podido volver a Lourdes por cuarta vez, esta vez bautizada, Kim lo confiesa de buen grado, María es más que una madre: "Cuando las cosas no van bien, basta con mirar a María y siento que me abraza".

Kim mantiene esta cercanía con María a diario rezando el rosario —"Si María nos pide que la recemos a través del rosario, no hay que hacerse mil preguntas, hay que hacerlo"—, pero también el Salve Regina: "Cuando lo escucho, siempre se me escapa una lágrima, porque este canto rinde un verdadero homenaje a la belleza de María".  

Han pasado más de seis años desde que Kim recibió el sacramento del bautismo, algo que no gustó a sus padres. Desde entonces, la situación ha cambiado: "Durante la preparación de mi bautismo, mi madre no quiso acompañarme en este proceso y dijo que no vendría a la segunda votación. Pensaba que estaba influenciada por mis amigos. Convencida por mi padre, finalmente asistió a la misa de la segunda votación y pudo escuchar mi testimonio. Ese día me dijo: «Lo entiendo, realmente has encontrado a Dios'". Una revelación que ahora la lleva a animar a su hija a ser fiel: "Desde entonces, es Ella quien me empuja a avanzar en mi vida de fe, a ser fiel a la misa dominical. Y cuando me desanimo, ella me acompaña. Este año me ha pedido que vayamos a misa en familia en Navidad. Será la primera vez", concluye Kim, con una sonrisa más radiante que nunca.

5 - diciembre - 2024 

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