El padre Maximiliano Kolbe, nació en Polonia, en el seno de una familia muy modesta, pero profundamente religiosa. Fue bastante travieso hasta el día en que su madre se preguntó: “Pobre hijo mío, ¿qué va a ser de ti?”.
Esta pregunta le sacude. Luego le confesó a su madre un hecho fundamental: “Recé mucho a la Santísima Virgen para que me dijera qué iba a ser de mí. Entonces se me apareció sosteniendo dos coronas, una blanca y otra roja. Me miró con cariño y me las ofreció. La blanca significaba que siempre seré puro y la roja que seré mártir. ¡Acepté ambas!".
El 17 de febrero de 1941, agentes de la Gestapo detuvieron al P. Maximiliano y a otros cuatro hermanos, a quienes llevaron primero a la prisión de Pawiak en Varsovia (Polonia). Allí el Padre, golpeado violentamente por ser sacerdote, escribió a sus hermanos religiosos que permanecieron en Niepokalanow: “La Madre Inmaculada, amabilísima, siempre nos ha rodeado de ternura y siempre velará por nosotros. Dejémonos llevar por Ella, cada vez más perfectamente, adonde Ella quiera y cualquiera que sea su buena voluntad, para que, cumpliendo hasta el final con nuestros deberes, podamos, por el amor, salvar a todas las almas".
Unos días después, el padre Kolbe fue trasladado al campo de Auschwitz.
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