El Poder Oculto del Rosario bajo la Almohada revelado por el Padre Pío.
¿Sabías que existe un arma secreta que puedes usar mientras duermes?
Un arma que te protege de las fuerzas del mal y te acerca a Dios. No es una espada mágica ni un escudo de acero, sino algo mucho más simple pero más poderoso: el rosario.
El rosario no es solo una oración, es un regalo del Cielo. Miles de millones de personas lo rezan cada día, pero pocos conocen el poder que tiene cuando se coloca bajo la almohada durante el sueño.
San Pío de Pietrelcina recomendaba esta práctica. Según él, colocar el rosario bajo la almohada nos trae cinco beneficios extraordinarios. Aquí te revelaremos las cinco razones por las que deberías colocar tu Rosario bajo la almohada esta misma noche. Y descubrirás cómo esta simple acción puede transformar tu vida espiritual, y dormir en paz y protegido.
La Virgen María le entregó el Santo Rosario a Santo Domingo de Guzmán, en una aparición en 1208. Y le pidió que realizara su divulgación. Y así el Rosario se mantuvo como la oración predilecta por dos siglos.
Pero al decaer con el tiempo, la Santísima Virgen se le apareció a Alano de la Rupe en 1465, y le reiteró las promesas dadas a Santo Domingo. (Ver las 15 promesas a quienes recen el rosario y también las promesas a quienes lo lleven consigo).
Cada vez que la Santa Madre de Dios se ha manifestado en nuestra tierra, nunca ha dejado de recomendar a Sus hijos la confianza total en Su oración. Por lo tanto, se puede decir con certeza, que el Santo Rosario es un don que viene directamente de la Virgen María, y que promete gracias inconmensurables.
A Sor Lucía de Fátima se le reveló que el Cielo había dado más poder al rosario para estos últimos tiempos. Y que “no hay ningún problema, aunque sea difícil. De naturaleza material o sobre todo espiritual, en la vida personal de cada uno de nosotros o de nuestras familias, las comunidades religiosas, o incluso de la vida de los pueblos y las naciones, que no pueda ser resuelto por el Rosario. No hay problema, por más difícil que sea, que no se pueda resolver, mediante la oración del Santo Rosario”.
Y la historia ha visto enormes milagros por la intercesión del rosario. El rosario era la oración familiar en la casa de los Forgione en Pietrelcina, como en todas las familias italianas de la época. Se encontraban alrededor del fuego todas las noches antes de ir a dormir para rezar el rosario.
Pero cuando María apareció en Fátima como la Virgen del Rosario, y recomendó el rosario como oración para obtener todo bien y alejar todo mal, el Padre Pío hizo del rosario su oración incesante. Decía “¿si la Virgen Santa lo ha recomendado siempre calurosamente donde quiera que ha aparecido, no debe ser por un motivo especial?”.
Fray Marciano, un compañero de convento, decía que el Padre Pío no rezaba muchos rosarios, sino que rezaba un rosario continuo todo el día. Lo empezaba por la mañana y lo terminaba cuando se iba a la cama. Lo llevaba siempre en la mano, y Fray Marcellino contó que una vez tuvo que ayudar al Padre Pío a lavarse las manos, pero tuvo que lavarle las manos una a la vez “porque no quería dejar el rosario, y pasó el rosario de una mano a la otra”.
El Padre Pío decía, “quisiera que los días tuvieran 48 horas para poder redoblar los rosarios que rezo”. Y llegó a hacer una competencia con Fray Anastasio, para ver quien rezaba un mayor número de rosarios.
Un día le pidieron sus hijos espirituales que les dejara su herencia espiritual y respondió inmediatamente sin pensar siquiera, “el rosario”. Decía “amen a la Virgen y háganla amar, reciten siempre el rosario”. “Con él se ganan batallas”. “El rosario es el arma de defensa y salvación”. “El rosario es el arma que nos dio María para usar contra las artimañas del enemigo infernal”. “María está presente en cada misterio del rosario”. “María nos ha enseñado el rosario como Jesús nos enseñó el Padre Nuestro”.
El Padre Pío libró sus batallas contra satanás, el mundo y la carne a través de la recitación del Santo Rosario. El Padre Pío recomendaba poner el rosario debajo de la almohada cuando se fuera a dormir, y daba a sus hijos espirituales 5 razones muy convincentes para hacerlo.
En primer lugar, el rosario bajo la almohada sirve como un ancla espiritual en medio de las tormentas de la vida. En las horas silenciosas de la noche, cuando los pensamientos parecen bailar en nuestra mente, la presencia tangible del rosario nos recuerda la promesa de protección divina. Es como si cada cuenta del rosario fuera un eslabón de seguridad, conectándonos con el amor y la misericordia de Dios, incluso en los momentos más oscuros.
En segundo lugar, el rosario bajo la almohada es un recordatorio constante de la vital importancia de la oración en nuestra vida diaria. Al despertar y sentir el suave toque del rosario entre nuestros dedos, somos invitados a dedicar el momento al diálogo con Dios y la Virgen.
En tercer lugar, el rosario bajo la almohada es un poderoso símbolo de nuestra confianza en la intercesión amorosa de la Virgen María. Nos encomendamos a su protección maternal durante el sueño. Es como si estuviéramos haciendo un pacto silencioso con María, reconociendo su presencia constante en nuestras vidas.
En cuarto lugar, el rosario bajo la almohada es un recordatorio constante del poder transformador de la fe. Cada vez que encontramos el rosario al despertar, se nos invita a renovar nuestro compromiso con Dios y a entregarnos a Su voluntad con confianza y humildad.
Y en quinto lugar, colocar el rosario bajo la almohada, es tener la tranquilidad de la protección en la batalla espiritual contra los ataques del demonio. Saber que tenemos el rosario a nuestro lado durante la noche, nos brinda una sensación de seguridad y tranquilidad. Es como si estuviéramos envueltos en un manto de paz que nos protege de los asaltos nocturnos del maligno.
A veces nos despertamos durante la noche, generalmente alrededor de las 3 de la mañana. Quizás porque las preocupaciones y los pensamientos dolorosos se multiplican y nos encontramos incapaces de hallar el descanso.
Muchas veces sucede por un ataque del maligno que quiere evitar que encontremos la paz interior, porque es cuando tiene más poder, ya que hay menos oración por donde vivimos. Y es en ese momento que Dios nos llama a rezar para compensar la falta de oración a nuestro alrededor. Y entonces la presencia del rosario bajo la almohada se revela como un faro de luz en la oscuridad de la noche. Y al despertar cada mañana y sentir el rosario allí, al alcance de la mano, somos instantáneamente impulsados a dedicar nuestro primer tiempo del día a dar gracias a Dios y a la Virgen.
En resumen, colocar el rosario bajo la almohada es más que una práctica devocional, es un acto de confianza y entrega, de búsqueda de paz, y de protección en la batalla espiritual contra el mal.
Bueno, hasta aquí lo que queríamos contar sobre los beneficios que da la práctica de poner el rosario debajo de la almohada al ir a dormir, según el Padre Pío. Y me gustaría preguntarte si te llevas el rosario a la cama cuando vas a dormir y si lo pones debajo de la almohada.
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