Los católicos somos devotos de María porque Dios le ha concedido un poder especial capaz de alejar al demonio y acercar a los fieles
Quiero darte a continuación estas 7 razones del por qué los católicos somos devotos de María, del por qué la veneramos como si de nuestra madre se tratara, porque en verdad, Ella es nuestra Madre también.
La Santísima Virgen María ha sido citada como la "patrona de toda la humanidad". Además, está asociada con la protección de muchos lugares, naciones enteras, apostolados y misiones en el mundo. Qué gran responsabilidad para una mujer tan bella y poderoso de la que muchos católicos somos devotos.
Ser devotos es tener por estima a una persona o actividad. La devoción no es una adoración. Realizando una sencilla búsqueda en Google de la palabra devoción tenemos las siguientes definiciones: "amor, lealtad o entusiasmo por una persona". Los sinónimos para esta palabra incluyen: fidelidad, lealtad y compromiso.
Si ser devotos significa todo eso, ¿Debemos tener miedo los católicos de que somos devotos de María? Si ser devotos de María implica que la amamos de verdad, entonces eso jamás se puede confundir con "adoración". Dios no se pondrá celoso nunca de que seas devoto de María, de que pases tiempo con Ella rezando el Rosario o cualquier otra devoción.
Cuando honras a María y le tienes tan especial devoción, estás honrando el amor de Dios, estás cumpliendo con el cuarto mandamiento: "honrarás a Padre y Madre".
¿Por qué ser devotos de María? María es mi familia, le hablo y me gusta pasar tiempo con Ella como una forma de expresar mi devoción, o amor hacia ella y como una forma de honrar a Dios. A Dios le pertenece la adoración y a través de María, le honramos. Nuestro amor por María nos lleva más cerca de Dios.
A través de una publicación realizada en el Blog de Alejandra María Sosa, Ediciones 72, te traemos las razones de porque los católicos somos devotos de María y queremos seguir amándola para que nos siga acercando más y más al amor de Dios.
El difunto y conocido exorcista, el Padre Gabrielle Amorth, fundador y presidente honorario de la Asociación Internacional de Exorcistas, exorcista oficial en Roma, afirma que el demonio le tiene un odio feroz a la Virgen María.
El obispo de Nigeria declaró que Jesucristo le dejó ver que el rezo del Santo Rosario es un instrumento poderosísimo para terminar con la violencia de Boko Haram, un grupo islámico radical y sanguinario que se ha dedicado a perseguir, secuestrar, torturar, aterrorizar y asesinar miles y miles de cristianos de ése y otros países.
Scott Hahn, ex presbiteriano convertido al catolicismo, prolífico autor y actual profesor de teología en una universidad católica en EUA, cuenta que empezar a rezar el Rosario marcó una gran diferencia en su vida y lo ayudó en su conversión.
Los tres testimonios anteriores son muy distintos; pero llegan a una misma conclusión: A María Dios le ha concedido un poder muy especial, capaz de vencer al demonio y de convertir los corazones.
Los católicos lo sabemos y por ello nos acogemos confiados a su guía y protección. Pero hay muchas personas que no lo saben, y lamentablemente se pierden de su maternal intercesión.
Vale el esfuerzo recordar al menos 7 razones del por qué los católicos somos devotos de María y la amamos como si fuese nuestra madre terrenal ¡PORQUE LO ES!
María es Madre de Jesucristo: De esto no hay ninguna duda al especto. Lo dice claramente la Biblia. Te invito a leer el Evangelio de Mateo 1,16.18;2,11 y el de Lucas 1,42-43. María es Madre de nuestro Señor Jesucristo y cuando Isabel, su prima se llenó del Espíritu, se le abrieron todos sus sentidos y con humildad, reconoció a María como Madre de Dios, exclamando:"¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?" (Lucas 1,43)
María vive en el cielo, al lado de su Hijo: Los católicos creemos que María fue asunta al cielo en cuerpo y alma, pero para quienes no aceptan lo que no está en la Biblia (aunque la propia Biblia no pide eso), hay un argumento bíblico: Jesús afirma lo siguiente "Porque Él no es un Dios de muertos, sino de vivos; todos, en efecto, viven para él". (Lucas 20,38). Así que María está viva, al igual que todas las almas que han partido de este mundo creyendo en Dios. Y María de seguro está en el Cielo, al lado del trono celestial.
María nos comprende y nos ayuda: Como ser humano, como mujer, María nos comprende perfectamente. Y los Evangelios la muestran siempre atenta a las necesidades de los demás y siempre dispuesta a ayudar. Una razón más para ser devotos de María. Por ejemplo, en cuanto María se entera de que su anciana prima está embarazada, va presurosa a apoyarla (ver Lucas 1,36.39-40), y en cuanto se da cuenta de que en cierta boda faltaba el vino, avisó a Jesús (ver Juan 2,3).
María es nuestra Madre: Desde la cruz, Jesús encomendó a María al discípulo amado, y en él, a todos nosotros. La respuesta más simple que podemos dar del por qué los católicos somos devotos de María es que Ella es nuestra Madre también. "Cuando Jesús vio a su madre y al discípulo que amaba de pie junto a ella, le dijo a su madre: "Mujer, aquí tienes a tu hijo". Luego le dijo al discípulo: "Aquí está tu madre". Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa" (Juan 19,25-27). ¿Por qué Dios eligió a María para ser la madre de Jesús? Pudo haber elegido a cualquier otra persona en cualquier período de tiempo, pero eligió a María. La eligió, no porque fuera la más poderosa, sino porque era la más humilde y abierta a la voluntad de Dios. Así se ganó el favor de los cielos y el corazón de la humanidad. A lo largo del Evangelio de Juan, Juan se refiere a sí mismo como el discípulo amado o aquel a quien Jesús ama (ver Juan 13,23, 21,7). Esto podría ser tomado como una posible arrogancia del Apóstol Juan pero en realidad, él quiere decirnos algo: Si María fue entregada por Jesús a Juan como una Madre para todos nosotros, entonces en Juan podemos ver representado a la figura todos los creyentes. Entonces, todos los que seguimos a Dios, somos los discípulos amados del Señor. María misma nos reveló su maternidad a toda la humanidad a través de las palabras que le dijo a San Diego durante su aparición como la advocación de la Virgen de Guadalupe: "No temas, ¿no esto yo aquí que soy tu Madre?"
La Virgen María intercede por nosotros: Nosotros, no acudimos a María como si fuese una diosa, nuestra devoción hacia Ella no es idolatría. Le pedimos, como en el Avemaría que ruegue por nosotros, a ¿quién? a Dios.En revelaciones y apariciones como la de la Virgen de Guadalupe, María nos ha declarado su amor maternal y ofrecido su intercesión. En la Biblia dice que "hay un solo mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús" (1 Timoteo 2,5), pero mediador es un término muy diferente a intercesor (consulta el diccionario online de la RAE y te llevarás una sorpresa). Que María pueda interceder por nosotros ante su Hijo,no le quita ni le roba méritos a Dios. Al igual que tú o yo, podemos orar por los demás, interceder por los otros como pide la Biblia (ver Santiago 5,16; 1 Timoteo 2,1).
María obtiene de Jesús cuanto le pide: Esta es otra de las razones del por qué los católicos somos devotos de María. En el Antiguo Testamento vemos que la mujer más poderosa de un reino no era la esposa del rey (solían tener muchas), sino su madre (ver, por ejemplos 1 Reyes 1).En el Evangelio vemos que también María, Madre del Rey, tiene el poder de obtener de su Hijo lo que le pide. En la boda de Caná, Jesús acepta intervenir, sólo porque Su Madre se lo pidió (ver Juan 2,6-11). Hay quien dice que Jesús no tenía consideración a María porque en dos ocasiones la llamó "mujer" en lugar de "mamá", a lo que cabe responder que, como judío, Jesús sin duda cumplió el mandamiento de honrar al padre y a la madre (ver Éxodo 20,12). Llamar a María "MUJER" no era señal de desprecio, todo lo contrario, era encumbrarla a una posición universal, expresar que Ella es la nueva Eva, y que si por una mujer, Eva, nos vino el pecado y la muerte, por otra "mujer", María, nos viene la redención, por medio de su Hijo.
María nos lleva hacia Dios: La verdadera devoción a María, no se queda en Ella, sino que nos conduce hacia el amor de Dios. Ser verdaderos devotos de María, significa que hemos comenzado a amar a Dios con todo el corazón. María no quiere nada para sí, Ella nos presenta a Jesús y siempre nos pide: "Hagan lo que Él les diga" (Juan 2,5).
Acercarnos a María es acercarnos a Jesús, amarla para amarlo a Él. Esperamos que las 7 razones del por qué los católicos somos devotos de María haya disuelto todas tus dudas en cuánto al por qué debemos amar a María nuestra Madre.
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