Del sitio Catholic Herald:
Al otro lado del río Potomac, en Washington, hay dos grandes templos llenos de estatuas de hombres que parecen dioses. Pero los monumentos a Jefferson y Lincoln no son símbolos de que los estadounidenses veneran a estos ex presidentes, dijo el padre Hanley. "Los honramos porque hicieron grandes cosas por nuestro país", dijo. "Es muy similar con María, excepto que tenemos una perspectiva más sobrenatural porque honramos a María como alguien que sabemos que aún vive y que nos escucha".
"Nuestra Señora es la obra más elevada de Dios", dijo el Padre Hathaway. "En su impecabilidad, en el papel que desempeña en el misterio de la salvación - trayendo a Cristo a la tierra y nutriéndolo y continuando como madre de la Iglesia. Así que cuando la honramos, eso agrada mucho a Dios".
Dios Padre disfruta incluyendo en sus obras a quienes ama, dijo el Padre Rampino. "Cuando pedimos algo al Señor a través de los santos, no es como si estuviéramos reuniendo un equipo de abogados celestiales para defender nuestra causa ante Dios, que preferiría no darnos nada de lo que queremos, pero si le convencen sus personas favoritas quizá lo haga", dijo.
"Más bien estamos dando honor a Dios al incluir a aquellos a quienes Él ha amado, al incluir a aquellos a quienes Él ha dotado para un trabajo particular", dijo el Padre Rampino. "Algo similar sucede cuando Nuestra Señora ha sido incluida en los planes más grandes de Dios. Así que honrándola de esa manera honramos su obra, honramos las cosas que ha hecho, honramos la belleza de su plan."
El obispo Burbidge pidió que los católicos de la diócesis tengan una estatua de María en su casa. "Somos seres humanos: necesitamos señales, recordatorios", dijo. "Podemos ir directamente a Dios (en oración). Todos lo sabemos. Pero siempre es estupendo tener un amigo, un amigo celestial".
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