lunes, 29 de abril de 2024

El poder del Ave María para salvar vidas

Del sitio Foros de la Virgen:

Recientemente el padre Joe Freedy, de la Diócesis de Pittsburgh, hizo público lo que el laico John Petrovich relató en un retiro.

Un sábado por la mañana, Petrovich corría cerca de su casa, en un suburbio al norte de Pittsburgh. Y pasó frente a una casa donde había una ambulancia estacionada en el camino de entrada. Las puertas delanteras y las del garaje de la casa estaban abiertas.

Pensó en parar para ayudar, pero como no era médico siguió corriendo. No sin antes decir un Avemaría, que fue la primera oración que le vino a la mente. Y pensó que si esa ambulancia todavía estaba estacionada cuando regresara, se detendría para ver si podía ayudar.

Cuando regresó, la ambulancia no estaba allí y la casa estaba totalmente cerrada. A la semana siguiente, luego de bajar del autobús de camino a casa desde el trabajo, pasó por frente a la casa nuevamente. Y en la casa había una señora al borde del camino de entrada, que comenzó a saludarlo y le pidió que por favor se detuviera.

No conocía a la persona en absoluto, pero se acercó y ella le dijo: "Necesito hablar con usted. Tengo que agradecerle porque me salvó la vida". Petrovich asombrado le preguntó cómo le había salvado la vida, y ella le contó lo que sucedió ese día cuando pasó corriendo. 

Los sábados ella se quedaba sola y ese día se sintió extraña, como si hubiera sufrido un derrame cerebral, se desmayó y sintió que se estaba muriendo. Lo siguiente que supo fue que estaba en una cama de hospital y recuperó el conocimiento. 

Pero tuvo una visión de Jesús que se le acercó y le dijo: "Todo va a estar bien, porque esta persona oró por ti". Entonces Jesús abrió la palma de su mano y allí estaba Petrovich, en la mano de Jesús. Y por eso ella pensó que tenía que agradecer al desconocido por salvarle la vida. Esto demuestra el poder sobrenatural, mayormente invisible, que despliega el rezo del Avemaría.

¿Y cómo es la mejor forma de orar el Avemaría en forma continua fuera del Rosario? Nuestra Señora le dijo a Santa Matilde de Hackeborn, del siglo XIII, que nadie podría darle un saludo más dulce que el Avemaría, porque fue el saludo que Dios mismo le dirigió, a través de Su Ángel. Y le sugirió rezar 3 Avemarías todos los días:

  • El primer Avemaría debía de ser en acción de gracias al Padre celestial, por el poder que le daba.
  • El segundo en honor del Hijo, por el don de la sabiduría.
  • Y el tercero en honor del Espíritu Santo, por la abundancia de amor con que la revistió.

Y a la mística maltesa Karmni Grima, del siglo XIX, le pidió también que rezara 3 Avemarías, en honor a los tres días que Su cuerpo permaneció en la tumba, antes de Su Asunción al Cielo.

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