martes, 9 de enero de 2024

El Rosario. La Oración que Salvó mi Vida

Del sitio Cari Filii:

El Rosario de los Siete Dolores fue uno de los principales encargos que dio María en Kibeho (Ruanda) hace ahora poco más de 41 años. En las apariciones, que comenzaron un 28 de noviembre de 1981 y que se conmemoraron de nuevo, tras la pandemia, hace unos días, la Virgen pidió a las tres jóvenes videntes el rezo de esta oración; una de las grandes olvidadas.

El divulgador Joseph Pronechen, en la web National Catholic Register, afirma en un artículo que, en el aniversario de las visiones de Kibeho, se vuelve más actual la necesidad de rezar el Rosario de los Siete Dolores, oración con cientos de años. Para ello, apunta algunas de las propuestas que hace Immaculée Ilibagiza, sobreviviente del genocidio de 1994, en su libro El Rosario. La oración que salvó mi vida.

"La Virgen prometió que rezado con un corazón abierto y arrepentido, el Rosario nos ganaría el perdón del Señor por nuestros pecados y liberaría nuestras almas de la culpa y el remordimiento», escribe Immaculée. La ruandesa pasó 90 días encerrada en un baño durante el genocidio ocurrido en su país en los años noventa. En todo ese tiempo leyó la Biblia y pidió a María que la protegiera.   

"También prometió que con el tiempo, el Rosario desarrollaría dentro de nosotros una comprensión profunda de por qué pecamos, y ese conocimiento nos daría la sabiduría y la fuerza para cambiar o eliminar cualquier falla interna, debilidad de carácter o fallas de personalidad que causan infelicidad e impiden que disfrutemos de la vida gozosa que Dios ha destinado para nosotros", señala la sobreviviente.

Los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción, presentes en Ruanda, apuntan que la Coronilla de los Siete Dolores: "Nos recuerda que María juega un papel clave en nuestra Redención y que sufrió junto con su Hijo Jesús para salvarnos".

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