jueves, 21 de diciembre de 2023

Con María Como Aliada Mejora tu Vida de Oración

Del sitio Píldoras de Fe:

La Santísima Virgen María es la Mujer más reconocida y venerada de toda la tradición católica, y con razón. Como humilde esclava del Señor que se convirtió en la madre de Jesús, la Virgen María es un modelo y una intercesora para todo el pueblo de Dios.

La tradición nos dice que los padres de María se llamaban San Joaquín y Santa Ana, y que nació en Jerusalén. Creció en Nazaret y, siendo muy joven, recibió la visita del arcángel Gabriel, que le anunció que sería la Madre de Jesús. A ella le extrañó esta declaración, afirmando que, aunque estaba desposada con José, no vivían juntos, y que, por tanto, no había tenido "relaciones con ningún hombre". (Lucas 1:34) El arcángel Gabriel le explicó que se convertiría en la Madre de Dios por el poder del Espíritu Santo. (Lucas 1:38) La declaración de María, conocida como el "Fiat", fue su "" a Dios para permitirle utilizarla según su voluntad.

Lo siguiente, es un testimonio del Padre Juan Antonio Ruiz de cómo, al convertir a la Virgen María en su gran aliada, su vida de oración cambió completamente.

La mayor parte de mi tiempo suelo pasarlo, por la misión que se me ha confiado, delante de una computadora. Horas y horas en las que el monitor me va mostrando diferentes mundos y a través de los cuales estoy intentando también transmitir a muchos el Evangelio. Prueba de ello son estas líneas que ahora mismo estás leyendo. Toda esta labor sería imposible sin la ayuda de mi buen amigo Renato, ¿Por qué? Su presencia es importantísima en los momentos en que algo le pasa a mi computadora, en los que internet no funciona, cuando parece que un virus amenaza con entrar…

En cada una de estas circunstancias marco un número y el acento italiano de Renato me responde desde la otra línea para solucionar mis problemas: ¿Qué pasa ahora, padre?.

Se me vino a la mente que en la oración tendríamos que tener un "Renato", alguien que, cuando las cosas vayan mal, podamos llamarle por teléfono y decirle: "No siento nada, me aburro, qué tengo que hacer si…, etcétera". Y aquí es cuando San Bernardo de Claraval viene en nuestra ayuda y nos deja el hermosísimo texto sobre María que he querido compartirles (De San Bernardo, Sobre la excelencias de la Virgen Madre, 2,17):

  • Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas en los escollos de las tribulaciones, mira a la estrella, llama a María.
  • Si eres agitado de las ondas de la soberbia, si de la detracción, si de la ambición, si de la emulación, mira a la estrella, llama a María.
  • Si la ira, o la avaricia, o el deleite carnal impele violentamente la navecilla de tu alma, mira a María.
  • Si, turbado a la memoria de la enormidad de tus crímenes, confuso a vista de la fealdad de tu conciencia, aterrado a la idea del horror del juicio, comienzas a ser sumido en la sima sin suelo de la tristeza, en el abismo de la desesperación, piensa en María.
  • En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María.
  • No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir los sufragios de su intercesión, no te desvíes de los ejemplos de su virtud. No te descaminarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en ella piensas. Si ella te tiene de su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás, si es tu guía; llegarás felizmente al puerto, si ella te ampara.

Dios nos ha regalado en María una aliada para nuestro caminar, para nuestra oración. Por ello, siempre es hermoso, además de ponerse en la presencia de Dios, pedirle a María que nos acompañe en cada oración que hacemos. Como si Ella pudiese tomar nuestras súplicas y decirle a Dios, con esos ojos de Madre, que nos escuche.

Después de todo, San Maximiliano María Kolbe tenía mucha razón cuando dijo que: "A María ha confiado Dios toda la economía de su misericordia, porque la voluntad de María, no hay duda alguna, es la voluntad del mismo Dios".

Personalmente, la presencia de María siempre ha sido un bálsamo en muchos momentos. Y en ocasiones no me doy cuenta sino hasta después de que Ella estuvo ahí.

Algo muy personal.

Las fechas más importantes en mi vida en preparación al sacerdocio se dieron en fechas marianas:

Les invito a leer una vez más el texto de San Bernardo; lentamente, con calma. Mientras escuchan todo lo que la Santísima Virgen María es capaz de hacer, denle las gracias y pídanle que nunca les deje solos.

Que como a Cristo, camino del Calvario (y Mel Gibson lo pintó bellísimamente en esa conmovedora escena de su película "La Pasión"), ella también les acompañe en los claroscuros de su vida: que ría con ustedes en los momentos alegres y llore con ustedes en los tristes. Aunque, créanmelo, incluso si no se lo pidiesen, Ella lo haría... ¿Ahora la oración parece un poco más sencilla? Es lo mismo que le digo yo a Renato con el tema de las computadoras. Cuando viene él, todo parece muy sencillo, pues él es el especialista. Como María lo es en la oración.

Venezolano, esposo y padre de familia, 
Servidor, ingeniero y misionero de la fe. 
Comprometido con el anuncio del Evangelio. 
Creyente sólido de que siempre existen nuevos comienzos. 
Quien a Dios tiene nada lo detiene

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