El famoso actor y humorista judío Gad Elmaleh, muy querido en Francia, anunció su conversión a la fe católica, un proceso en el que, según él, la Virgen María desempeñó un papel crucial.
Elmaleh, de 51 años, era pareja de Charlotte Casiraghi, hija de la princesa Carolina de Mónaco, con quien tienen un hijo llamado Rafael.
Su conversión al catolicismo aparece en su película, "Reste un peu" ("Quédate un rato").
El actor judío, que según el diario español El Mundo adoptará el nombre de Jean-Marie cuando sea bautizado, ha estudiado teología en París, y en 2019 participó en un musical en Londres sobre Santa Bernadette Soubirous, la vidente que vio a la Virgen de Lourdes.
Elmaleh declaró al diario francés Le Figaro que "la Virgen María es mi amor más hermoso" y expresó su sorpresa por el hecho de que en Francia la "gran mayoría de los católicos no vivan abiertamente su fe."
De niño, relató en la entrevista, entró en una iglesia y vio una imagen de la Madre de Dios. "No era una visión, sino una simple estatua, pero me quedé petrificado. Empecé a llorar y me escondí por miedo a que me descubriera mi familia, por miedo a las maldiciones y a la superstición. Lo mantuve en secreto durante toda mi infancia", recuerda.
En una entrevista en el programa "L'invité" ("El invitado"), publicada el 9 de noviembre de 2022 en YouTube, Elmaleh habló de la película "Reste un peu", que se estrenó en Francia el 16 de noviembre de ese año.
En la película aparecen los padres reales del actor, que no están muy "contentos" con su decisión de convertirse al catolicismo, pero que han decidido darle su apoyo.
El actor y humorista dijo que "es cierto que es una salida del armario espiritual y religiosa. Hay mucha mezcla de ficción y realidad", pero "es verdad que me cuestiono a mí mismo a los 50 años".
"Es una búsqueda en la que me pregunto dónde, quién, cuándo, hay un Dios, no hay un Dios", dijo, pero afirma que "la Virgen María me llama y me protege".
En la entrevista, Elmaleh contó que vio una imagen de la Madre de Dios "cuando era niño en Marruecos, en Casablanca, donde había cristianos, judíos, musulmanes, un país que es un ejemplo de fraternidad increíble; pero al mismo tiempo un cierto tabú con el cristianismo y las iglesias".
"No podía entrar en las iglesias porque era pecado, estaba prohibido; pero cuando tenía 6 ó 7 años, entré en una y me dije: 'Aquí no se está mal, ¿por qué me lo prohíben?", relató el actor.
Elmaleh dijo que espera que la película engendre "algún cuestionamiento" en la gente que la vea y subrayó que es "principalmente [un] testimonio, una historia de amor".
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