miércoles, 16 de julio de 2025

La Virgen del Carmen puede sacarte del Purgatorio


 Del sitio Píldoras de Fe:

Nuestra Señora del Carmen tiene una promesa de amor. Esta promesa de la Virgen consiste en la liberación del purgatorio el primer sábado después de la muerte.

En la actualidad, tristemente, existen algunos católicos que utilizan el Escapulario de Nuestra Señora del Carmen creyendo que este tiene el poder de salvar o librar - por sí mismo - a la persona que lo usa, de situaciones peligrosas o de dificultades como si se tratara de un objeto mágico o de buena suerte. Aquí quiero mostrarte cómo es que un alma puede salir del Purgatorio con la ayuda de la Virgen del Carmen, sin utilizar nada de superstición.

Llevar un Escapulario, no exime a la persona de evitar las exigencias que la vida cristiana nos demanda y que por amor al Señor, debemos cumplir si aspiramos los bienes eternos. Monseñor Kilian Lynch, antiguo general de la orden carmelita dijo en una oportunidad: "No debemos llegar a la conclusión de que el escapulario está dotado de poderes sobrenaturales que nos salvará a pesar de lo que hagamos o de cuánto pequemos... una voluntad pecaminosa y perversa puede destruir la "súplica omnipotente" a la Madre de la Misericordia".

Los Papas y los Santos han advertido muchas veces sobre los peligros del abuso de la promesa de nuestra Madre, la Virgen María, como si pudiésemos ser salvados por solamente llevar el escapulario sin tener conversión. El Papa Pío XI nos advierte: "Si bien es cierto que la Virgen María ama de una manera especial aquellos que se dedican a Ella, aquellos que desean tenerla como ayuda a la hora de su muerte, deben en la vida ganar ese privilegio pasando sus vidas rechazando el pecado y viviendo en honor a Ella".

Vivir en el pecado y llevar el escapulario como un amuleto de salvación es cometer pecado de presunción. La fe y la fidelidad a los mandamientos son necesarios para todos aquellos que buscan el amor y la protección de la Virgen.

Conociendo ahora todo esto, y haciendo buen uso del Escapulario, vamos a explicar cómo gozar del privilegio del Sábado de ser librado del purgatorio por la Santísima Virgen María.

Esta es una de las grandes promesas de Nuestra Señora del Carmen para ser liberados del Purgatorio. Se llama: El privilegio del sábado.

Este privilegio es una promesa que hizo la Virgen María y consiste en la liberación de las penas del purgatorio el primer sábado después de la muerte por intermedio de la intercesión especial de la Virgen.

¿Por qué el primer sábado luego de la muerte? El día sábado es el día que la Iglesia ha dedicado a la Santísima Virgen María

Este privilegio se originó a través de una bula papal proclamada por el Papa Juan XXII el 3 de marzo del año 1322, como resultado de una aparición que tuvo sobre la Virgen en la que Ella le prometió que los que cumplen con los requisitos de esta devoción serían liberados del purgatorio

"Como Madre de Misericordia, con mis súplicas, oraciones, méritos y protección especial, ayudaré, para que sean liberadas, tan pronto como sea posible de sus sufrimientos del purgatorio), (...) a aquellas almas para llevarlas Cielo".

Lleva una vida cristiana íntegra de acuerdo a los mandamientos del Señor es lo que cada cristiano persigue en su vida. Por tanto, para todos aquellos que queremos gozar del privilegio del primer sábado tendremos que:

  • Ir a la Confesión regularmente,

  • Llevar el escapulario con fidelidad, habiendo sido investido oficialmente por un Sacerdote Católico.

  • Observar la castidad según el estado de vida en la que se encuentre.

  • Rezar la Liturgia de las Horas de la Virgen (oraciones y lecturas en honor de la Virgen) o rezar diariamente 5 decenas del rosario.

El Papa Pablo V confirmó en una proclamación oficial que todos los fieles podían ser instruidos en el "privilegio del sábado", entonces, ¿qué esperas para hacer uso de esta promesa?

Qriswell Quero
 Venezolano, 
esposo y padre de familia
servidor, ingeniero y misionero de la fe. 
Quien a Dios tiene nada lo detiene.

martes, 15 de julio de 2025

América, toma tus rosarios

 

Del sitio Catholic 365:

Soy estadounidense y vivo en Canadá. La pregunta más común que me han hecho últimamente es: "¿Qué piensa de las próximas elecciones?".

Con toda honestidad, la realidad de las elecciones aún no me ha golpeado. El reciente debate Trump/Harris me recordó que se acercan, pero nada puede prepararte para esas horas en las que estás aparcado frente a la pantalla del televisor y ves cómo se desarrollan los resultados en directo. Me resulta evidente que cuando la gente me pregunta qué pienso de las elecciones, a menudo intentan calibrar a qué candidato pienso votar. De vez en cuando, comparto esta información. Sin embargo, recientemente me he dado cuenta de que no considero en profundidad las razones que hay detrás de mi posible elección. Quizá sea fácil pensar: "Bueno, no voy a votar a esa persona". Claro! ¿Pero dónde nos deja esto cuando llegamos a las urnas o, en mi caso, cuando abro mi papeleta de voto por correo y me enfrento a la realidad del voto? 

Hoy en día, en lugar de compartir mis pensamientos sobre las elecciones o sobre qué candidato estoy considerando, a menudo comparto mi tristeza por ser un estadounidense que vive en el extranjero y ve cómo se desarrollan las cosas desde la distancia. A menudo le digo a la gente que Estados Unidos ya no es lo que era cuando yo era niño. Les digo que me duele ver la horrenda cantidad de división y el completo abandono de la caridad al que hemos llegado. Más concretamente, como mencionó recientemente un ponente en una conferencia a la que asistí, lamento que los estadounidenses y la humanidad en su conjunto estén perdiendo el control del civismo. Lo más triste es que podríamos decir estas cosas de casi cualquier otro país del mundo (¡Canadá no es inocente de estos defectos significativos!). 

No tengo las respuestas ni deseo discutir cómo deberíamos abordar políticamente estos problemas. De lo que me he dado cuenta en los últimos años es de que, a menudo, lo mejor que podemos hacer es dejar las cosas en manos de Dios. Por eso he propuesto recientemente en mis redes sociales que mis amigos y familiares se unan a mí en una Campaña del Rosario de 50 días con la intención de que se cumpla la voluntad de Dios en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. No estoy abogando por la victoria de ningún candidato en particular. No estoy rezando para que alguien pierda. En cambio, espero que al difundir esta idea, podamos empezar a pensar en el objetivo fundamental de toda esta elección: que se haga la voluntad de Dios en los Estados Unidos de América y en el mundo en general. Puede que no tengamos el poder de alterar el curso de nuestro país por nosotros mismos, pero a través de nuestras oraciones, permitimos que Dios lo guíe de vuelta al camino que Él quiso. Sé que faltan 49 días para las elecciones (a partir del 16 de septiembre), no 50. Sin embargo, creo que la inspiración de esta carta es la misma que la de este artículo. Sin embargo, creo que la inspiración para esta campaña de oración es providencial porque el período de 50 días nos llevará hasta el día de las elecciones y más allá. Esto nos ayudará a rezar no sólo por las elecciones en sí, sino también por la paz en los días posteriores, que a menudo conllevan sus propios desafíos. Tal vez pueda recordarnos que Dios no nos abandonará en caso de que el resultado sea desfavorable y que debemos confiar en Él incluso en esos días posteriores.

América, no olvides a Nuestro Señor. El mismo Dios que condujo a los israelitas a través del Mar Rojo, ordenó que el sol se detuviera, libró a los tres jóvenes del horno de fuego, multiplicó los peces y los panes para miles de personas, resucitó a Lázaro de entre los muertos, y que sufrió, murió y resucitó, ese mismo Dios está con nosotros ahora, antes, durante y después de estas elecciones cruciales. Por último, tomemos la mano de la Virgen al rezar el rosario, encomendando nuestro país a su intercesión. Que, con sus oraciones, volvamos a ser una nación temerosa de Dios, en lugar de una nación que se olvida de Dios.

Para saber más sobre el rezo del rosario, visita esta guía: Cómo rezar el rosario.

lunes, 14 de julio de 2025

Recé este Rosario por tí

 

Del sitio Aleteia:

Más de ochenta mil rosarios han llegado al Santuario de Schoenstatt de RíoCatólicos de todas las edades han participado en la iniciativa "Eu rezei um terço por você" (Recé este rosario por ti) para que cada uno de los jóvenes que durante la JMJ participen en las catequesis en el Santuario de Schoensatt de Río de Janeiro reciban un rosario que fue rezado por ellos.

Un grupo de peregrinos recogió los rosarios físicos del Santuario original de Schoenstatt, situado en Alemania, y los llevó a Brasil, donde otras personas se unieron a la iniciativa con mucha ilusión.

Para sorpresa nuestra, todos los que escucharon querían participar con mucho gusto, convocaron a los vecinos y entusiasmaron a más gente”, explican los impulsores en la web del movimiento de Schoenstatt.

Antes de empezar los actos de la JMJ, ya han llegado a Río ochenta mil rosarios rezados.

Los organizadores animaron a los que rezaban los rosarios a dar su dirección postal, de manera que podrían recibir alguna respuesta, llegada de algún lugar del mundo, de un joven participante en la JMJ.

Además, han enviado una lista con los nombres de todos los participantes en esta acción al Santuario de Nuestra Señora Aparecida, donde se rezará especialmente por ellos hasta el 14 de julio, día en que el Papa presidirá la misa allí.

Para los impulsores de la iniciativa, lo importante era que la gente no fuera informada solamente por los medios acerca de la JMJ, sino que colaboraran y pudieran decir: participo. Una de las participantes confesaba: "Cuando pienso que uno de los muchos jóvenes recibirá mi rosario, se me pone la piel de gallina".  

 22 - julio - 2013

domingo, 13 de julio de 2025

Los Santos y el Rosario: Santa Teresa Jesús de los Andes


Del sitio Pontificia Universidad Católica de Chile - Humanitas:

Los siete primeros años de su vida, los vive junto a los suyos en calle Las Rosas, la casa patriarcal de su abuelo materno, un distinguido abogado y rico hacendado, dueño de la Hacienda Chacabuco. Don Eulogio llevaba una vida ejemplar que se exteriorizaba en sus rezos del rosario varias veces al día y en la manera de tratar a los suyos, en especial a los campesinos de Chacabuco, a quienes quería como hijos. Juanita, pese a sus cortos años, percibe en él a un santo. Con él entendió el sentido de las misiones en el campo y su preocupación de que sus servidores recibieran los sacramentos. El abuelo sentía que él era el responsable de acercarlos al Señor y de la salvación de sus almas. Solía acompañarlo a las casas de los campesinos, verificando su coherencia entre lo que decía y practicaba: se preocupaba de su bienestar, de la salud, de la educación primaria de los niños; de unir por medio del sacramento del matrimonio a las parejas y de entregar semillas e instrumentos para que pudieran sembrar el par de hectáreas que a cada familia le había asignado.

Juanita aprendió de su abuelo, por medio del ejemplo, la importancia de vivir unida a Dios, pues de ahí nacían todas las virtudes: el espíritu de servicio y entrega, al desvivirse por los más necesitados y sobre todo salvar almas, acercándolas a los sacramentos, alejando a los hombres de las cantinas, presentándoles otras sanas entretenciones. Aprendió de él la alegría, la sana competencia, su pasión por cabalgar, por el tenis y la natación. Por otro lado, conoció a varios sacerdotes diocesanos y de diferentes congregaciones que iban a misionar a Chacabuco o a visitar a su abuelo en la calle de Las Rosas para pedirle donaciones con el fin de mantener dignamente el culto. Don Eulogio fue un hombre de fortuna, pero vivía con austeridad.

Juanita en su diario escribe: “Jesús no quiso que naciera como Él, pobre, nací en medio de las riquezas...”. Cierto, había nacido en una de las mejores casas de Santiago. De su abuelo escribió, entre otras cosas: “Se puede decir que era un santo pues todo el día se le veía pasando las cuentas de su rosario”. Con Rebeca “hacíamos con mi abuelito lo que queríamos y lo engañábamos con besos y caricias”. Su abuelo era el patriarca, él disponía a qué colegio debían ir, pese a que doña Lucía, su mamá, de fuerte carácter, a veces lo doblegaba.

Su primera gran pena fue su partida: “Su muerte fue la de un santo, como lo fue su vida”. De ahí en adelante todo fue diferente. La familia de Juanita Fernández Solar se cambió de casa independizándose de los demás familiares. El freno y el apoyo de don Miguel había sido su suegro, tanto para los negocios como para su vida matrimonial.

Juanita consigna en su diario que en ese tiempo empieza su devoción a la Virgen. “Mi hermano Lucho me dio esta devoción, con la que he estado y espero estaré hasta mi muerte”. Se puede apreciar cómo del dolor va naciendo en ella el amor, cómo Jesús la va compensando y regaloneando, pues en Él busca refugio. “Nuestro Señor desde aquí me tomó de la mano con la Santísima Virgen”. Es así cómo se fue suavizando, dominando su carácter iracundo, sus rabietas, su vanidad, pues solían decirle que era la más linda de las hijas y primas. Juanita tenía apenas 8 años cuando su papá pierde parte de su fortuna, debiendo “vivir más modestamente”, lo contará sin tapujos en el colegio, mientras sus hermanos trataban de ocultarlo.

Su preocupación y su anhelo es recibir a Jesús sacramentado. Para ello se prepara en profundidad y sueña con ese día. Su madre la va guiando en concordancia con el colegio. “El 11 de septiembre de 1910, año del centenario de mi patria, año de felicidad y del recuerdo más puro que tendré en toda mi vida... no es para describir lo que pasó en mi alma con Jesús... sentía su querida voz. Jesús, yo te amo yo te adoro... Le pedí por todos y a la Virgen la sentí muy cerca”.

Los problemas económicos se agudizan y nuevamente deben cambiarse a un barrio menos elegante y a una casa más pequeña. Juanita lo toma con naturalidad y hasta con alegría. Practica lo que aprendió de su abuelo y lo que ve en su madre: la caridad en casa. Comenzando con los empleados, todos antiguos, a quienes respeta, quiere, considera; hasta los acompaña y sirve cuando se enferman.

A los 13 años se da cuenta de los problemas entre sus padres. Ella no juzga ni toma partido, sí intenta ser un instrumento de unión, reza por ellos y ofrece su vida para que “vuelva la paz a su hogar”. “Jesús me fue enseñando cómo debía sufrir y no quejarme y de la unión íntima con Él... Me dijo que me quería para Él, que quería que fuera carmelita... Yo en ese tiempo no vivía en mí. Era Jesús el que vivía en mí... Todo lo hacía con Jesús y por Jesús“.

Juanita crece en santidad, comienza a tener conciencia del espíritu eclesial y de su misión corredentora de almas. Lo que se traduce en cómo acerca al Señor a sus amigas, cómo se preocupa de que todos lo conozcan para así amarlo y servirlo. Junto con esto, por su simpatía y la paz que trasluce, Juanita es muy amistosa, alegre, bromista, toca el piano y el armonio con asombrosa facilidad, tiene una bella voz, es bromista y muy buena para reír.

Pese a ciertas limitaciones que tiene en las asignaturas de química y física, con esfuerzo y voluntad logra buenas notas, destacándose entre las mejores, sobresaliendo en literatura y filosofía y obteniendo siempre los primeros premios en las competencias literarias. Además ha crecido como mujer. Es alta, delgada, bella figura, bonita de rostro, con una mirada pura color cielo. Ya tiene enamorados y esto a ella le encanta. La vanidad será su eterna lucha. El espejo, su gran tentación. El éxito entre sus amigas, requerida por todas, también será motivo para doblegar el orgullo.

En casa los problemas se agudizan, en especial entre sus padres, por las pésimas relaciones conyugales, sumados a los malos manejos en que don Miguel pierde también las tierras heredadas de Melipilla. Miguel, el poeta bohemio, el que se negó a entrar a la universidad, llega en general de madrugada y en pésimo estado. A Juanita le duele la dureza de su madre para con su hermano mayor; entre otras medidas da orden de cerrar la cocina con tranca cuando no ha llegado. Nuestra santa, pensando que un gesto de amor podría hacerlo cambiar y también pensando en sus borracheras y en su estómago vacío, le deja a escondidas el postre debajo de la cama y alguna golosina de la cual se ha privado. Miguel sabe que es Juanita quien le ordena su ropaje, le guarda comida e incluso le deja una lectura edificante en el velador. Él nunca le agradeció ni le dirigió la palabra; seguro que motivado por el orgullo y la vergüenza: ...“Sí, mi dolor es mío... no lo quiero entregar”, escribirá en uno de sus poemas (Miguel Fernández Solar, Premio Municipal 1942. Poema Huerto de los Olivos. Campesinas, 1948, segunda edición). Juanita tampoco se lo enrostra, se limita a acogerlo con cariño. En silencio, en lo más secreto, rezaba por él y por su madre para que se suavizara.

Por su parte, Lucho, su más querido hermano, le confesó con gran orgullo que había llegado a la conclusión de que Jesucristo fue un profeta muy sabio, cuyo origen no era divino. Juanita, en lugar de convencerlo con sólidos argumentos, pues nada lograría, se limitó a pedir por su conversión, siendo un fiel reflejo de Cristo.

Teresa de Jesús de Los Andes, en el mundo Juanita Fernández Solar (1900 - 1920), claramente escuchaba que el Señor la llamaba al Carmelo. No fue una gracia tumbante, sino el fruto de su docilidad, de su formación en el colegio, del ejemplo de su abuelo; es el fruto de una constante búsqueda, luchas, humildad, lectura de la vida de Santa Teresa de Lisieux, la joven carmelita que presentó en sus escritos al Dios Amor, y las ansias de imitarla, pero por sobre todo, el conocimiento íntimo de Jesucristo en el Evangelio, oración de intimidad, misa diaria, adoración, sacramentos, rezo del rosario, siendo su gran devoción y modelo la Santísima Virgen.

Juanita era afectiva, le gustaba ser querida y regaloneada por su familia y amistades. En los buenos momentos, cuando la vida le sonreía, fue la regalona de todos. Sin embargo, los acontecimientos van de mal en peor. Lucho, su querido hermano, quien le enseñó a rezar el rosario, se ha declarado ateo. Miguel está más distante y rebelde. Lucita, la hermana que sigue a Miguel, está de novia y poco la considera. Su mamá pasa largas estadías en Viña del Mar en busca de cura para su hijo menor, Ignacio, quien a causa de un accidente, tiene un serio problema en una pierna. Rebeca, quien otrora fuera su inseparable hermana y confidente, no toma en serio su ideal del Carmelo.

El ambiente hostil de su casa, unido a la dureza de su madre, curtida de tantos problemas e infidelidades de su esposo, que se alejaba por largas temporadas en los campos que administraba, no fue motivo de amargura para nuestra santa, sino instrumento de santidad, por buscar lo bueno en las personas, por ser servicial, por no juzgar, por buscar la unidad. Juanita se desvive por todos, convirtiéndose en “el ángel tutelar de la familia”, según palabras de Lucho. A la vez, Miguel en el proceso de canonización dirá para sorpresa de todos: “no me fui de casa, porque en ella vivía una santa”.

Cuando cumplió 15 años, sorpresivamente, su madre, doña Lucía, en el segundo semestre toma la drástica decisión de cambiar a Juanita y a Rebeca del Externado del Sagrado Corazón, a escasas cuadras de casa, al Internado, lo que parece una locura. Simplemente lo hace, sin dar explicaciones, para evitar que se dieran cuenta de los constantes roces con don Miguel, su esposo, las pocas veces que llegaba a Santiago. Justo ese año, 1915, doña Lucía vive momentos dolorosos que la hacen salir de sí.

Juanita sufre lo indecible, pues pese a todo era muy apegada a los suyos. No entiende cómo su madre las aparta, aunque internamente sospecha el motivo. Se preocupa de reconfortar a Rebeca y de apoyarla en su nueva vida. ¿Pero quién se preocupa de ella? ¿Quién la visita los días que pueden recibir familiares en el salón del Internado, si gran parte del invierno doña Lucía lo pasa en Viña del Mar con Ignacio? Solo Ofelia Miranda, la fiel niñera, va a verlas llevándoles golosinas. Cuatro años más tarde, ya en el Monasterio Carmelitas de Los Andes, la primera visita que recibirá será la de Ofelia. Su padre, a quien adora, no tendrá valor para ir a dejarla al convento, sólo la verá una vez para su toma de hábito. Tampoco llegará en la antesala de su muerte.

La vida en familia, para que sea vida de unión, ha de ser un sacrificio continuado”. ¡Cómo lo sabía y lo vivía! Impresiona conocer los detalles y delicadezas de esta joven que alternó su vida, hasta los 18 años de edad, entre el Internado del Sagrado Corazón y su hogar.

En el Internado, Juanita conoce a nuevas amigas. Su condición aristocrática la inclina inconscientemente a tener más afinidad con las jóvenes de la alta sociedad. Es lógico, todos se conocen por alguna razón o ubican a sus hermanos o primos. Sin embargo, junto al alto vuelo espiritual que está emprendiendo, comienza a acercarse a las alumnas provincianas, a las desconocidas y a aquellas que no gozan de popularidad. Al poco tiempo, se advierte un grupo unido: todas con todas. Juanita no lo consigna en su diario, pero sí sus amigas lo advierten.

Después de muchos vencimientos y superaciones, se ha transformado en ejemplo para las alumnas y en la favorita de las monjas en el buen sentido de la palabra. Como saben que su vocación es el Carmelo, la quieren para su congregación y con mucha delicadeza comienzan a persuadirla que debe ser religiosa educadora. Esto turbará a Juanita, quien tenía muy claro que sería carmelita. Será motivo de dudas, de búsqueda de la voluntad de Dios y de muchas espinas.

Juanita se santificó en su ambiente, en medio de los suyos, minuto a minuto. Ante cualquier acontecimiento se adelanta amando, esmerándose en “labrar la felicidad de los demás”, considerándose “la última de todas” y mirando siempre en el prójimo a Jesús. Carga con su cruz y las cruces de los suyos, porque experimenta vivamente que “a la sombra de la cruz, todas las amarguras desaparecen”. Amarguras y serios problemas que se agudizan en su casa que con gran pena los vive cuando la autorizan a salir del Internado. Los enfrenta a la luz de la Verdad, del Amor y la oración. “Que vuelva la paz a mi familia”, le pide al Señor; “que mi papá se confiese”, que Lucho recupere la fe: “Todos los sufrimientos enviadme, Dios mío... con tal que él se convierta”.

Conmueve cómo trabaja con amor y sabiduría para unir a sus padres. Impresiona su madurez y equilibrio, su valentía y confianza en Dios; la capacidad de ver lo que los otros no ven y la generosidad de no exigir nada. Tratando de pasar inadvertida, contribuye a la paz, tanto en el Internado como en su hogar. Sin criticar y aplastando sus propias rebeldías, cura las heridas con dulzura y con su actitud acerca a quienes la rodean al Señor.

Traspasa su entorno familiar y colegial al inscribirse para ayudar, enseñar, catequizar y acompañar los sábados a las alumnas internas del colegio de niñas pobres que sostiene el Sagrado Corazón. A ellas les guarda con especial cariño los dulces que desde su casa le mandan. Los testimonios de su entrega y alegría entre las niñitas son elocuentes. Asimismo, cuando encuentra en el camino a la iglesia a niños harapientos tiritando de frío y con hambre, se les acerca, los invita a su casa a tomar desayuno. Es así como aparece Juanito, un niño de casi 10 años, que viene escapando de una tienda con una tela robada. Juanita con autoridad y cariño lo persuade para que devuelva la tela. Lo acoge como si fuera su hermano pequeño. Lo prepara para la primera comunión, con sus ahorros le compra sus primeros zapatos; le enseña a leer y a prepararse para enfrentar el mundo. Consagra su pobre hogar al Sagrado Corazón. Intenta alejar al padre del alcoholismo y aconseja a la mamá para que guíe por el camino del bien a su hijo. “No es el único niño que socorre –dirá Lucho en el Proceso– pero en él vio a todos los niños desvalidos del mundo”.

Las escasas hectáreas de Chacabuco que ha podido conservar doña Lucía han sido subastadas. “Todos estábamos abrumados –declarará Lucho– por perder la gran riqueza de los Solar. Sin embargo, Juanita era la única serena y nos consolaba a todos, especialmente a mi padre. Lo mejor lo dejaba a nosotros y ella se quedaba con las cosas más modestas”. Con cariño, pero a la vez con firmeza, Juanita le repite una y otra vez a su madre: “Mamacita, no se lamente, ofrézcaselo a Dios”.

Otra de sus amigas dirá: “A pesar de que sentía pena por lo que sufrían los demás integrantes de la familia, Juanita se conformó fácilmente... Vio la mano de Dios para que supiera desprenderse de los bienes materiales...

Por su parte, escribe en su diario: “¿Para qué apegarme a cosas transitorias que no me llevan a Dios que es mi fin? ... No me importa la pobreza, los desprecios, pues esto me lleva a Ti... Todo lo que el mundo estima no vale nada”.

Asombra el equilibrio de Juanita para unir y vivir lo divino con lo humano con una naturalidad abismante. Amistosa, alegre, entretenida, abordable, sencilla; excelente deportista, amante de la natación, las cabalgatas y el tenis. Amante de la música, de la literatura, del arte y la belleza natural. “Todo lo que veo me lleva a Dios. El mar en su inmensidad me hace pensar en Dios... En su infinita grandeza... Cuando pienso que cuando sea carmelita, si Dios lo quiere, tengo que abandonar todo esto, le digo a Nuestro Señor que toda la belleza, lo grande lo encuentro en Él”.

Un nuevo dolor la golpea fuertemente: otra gran prueba. Como se casará Lucita, quien llevaba la casa en lugar de su cansada madre, doña Lucía sin grandes explicaciones la retira del colegio antes de terminarlo. La pena de Juanita es indescriptible. Hacía tiempo se había encariñado con el Internado, con sus maestras y compañeras, con las niñas que catequizaba los sábados y además, como es lógico, quería terminar el último año y graduarse. Sin embargo, no le queda más que obedecer, pues su madre está deteriorada de tanto luchar. Es elocuente la carta que le escribe al Padre José Blanch, asuncionista, en donde le cuenta el estado de su alma y su nueva vida, que la percibe como un anticipo de la obediencia que deberá practicar y vivir en el Carmelo:

Créame, Rdo. Padre, que me ha servido de preparación para mi vida religiosa. Mi mamá me manda constantemente y me reprende cuando no hago las cosas bien. Y muchas veces sin motivo. No tengo cómo agradecérselo a N. Señor, pues así se lo inspira a mi mamá para que viva siempre en la cruz que es prenda de su amor. ¡Cuánto me cuesta a veces callarme. Y cuando contesto, me he propuesto besar el suelo para humillarme y pedirle perdón a mi mamá. También me esfuerzo en obedecer aún a mis inferiores, como obedecía N. Señor en Nazaret. Quiero asimismo que nadie sospeche que ciertas cosas a veces me son ocasión de sacrificio, mostrando mi buena voluntad para todo. Y como yo no lo manifiesto, todos creen tener derecho para exigir de mí lo que les agrada. A veces siento sublevarse todo mi ser dentro de mí misma, pero pienso que es el único medio de ser santa, y que por el amor a N. Señor se puede, y soporto todo. De esta manera me abandono a la voluntad de Dios, pues, como Él me ama, elige para mí lo que me conviene...”.

La Virgen María, su confidente y amiga, a la que siempre invoca e intenta imitar, será su gran apoyo en esta nueva etapa de servicio en su hogar. Servir como Ella lo hacía, ayudar y socorrer como lo hizo con su prima Isabel. Ella la consolará en este nuevo desafío, nada de fácil.

Por otra parte, don Miguel económicamente va de mal en peor. Hace tiempo se han cambiado a otra casa del centro de Santiago, en la Calle Vergara. Esta vez no son dueños, sino arrendatarios del segundo piso de la casa, que tiene una escalera para bajar a un pequeño patio interior.

Juanita, en sus improvisadas libretas, algunas usadas para otros fines, escribía al correr de la pluma su acontecer cotidiano y cartas a sus amigas, sacerdotes confesores, guías espirituales y al Carmelo antes de entrar. Poco a poco, esas impresiones escritas al instante, no siempre con tinta, se fueron transformando en su propio Magníficat, contando las grandezas del Señor, las maravillas inmerecidas que en ella hacía, reconociendo a la vez con tanta naturalidad su pequeñez y su nada.

A Juanita se le va conociendo en la medida que se va asemejando a la Virgen María y a medida en que se va configurando con Cristo. Hay que leerla en clave de amor, porque a través de ella se descubre la acción de Dios. Es el amor de Dios quien se apodera de su alma y cómo ella se deja transformar y divinizar.

Gracias a estos escritos, que ella pidió que quemaran y por un malentendido no se hizo, podemos conocerla en profundidad y apreciar su camino hacia la santidad. Estos nos hacen quererla y admirarla, pero no tanto por su heroísmo sino por lo que tiene de Dios.

Resulta fácil darse cuenta de cómo va desapareciendo para dar cabida al esplendor de la imagen de Cristo, sin necesidad de anularse. Al mismo tiempo, la sed de almas de Cristo también la siente ella. Quiere que todos se salven sin excepción alguna.

Llama la atención que cuando tiene apenas 17 años entra a una asociación de Reparación Sacerdotal en donde se ora por los sacerdotes infieles, por los que han sucumbido a su voto de castidad, por los que se buscan a sí mismos endiosándose y no la gloria de Dios, y los que no cumplen con sus deberes sacerdotales. Ella, sin saber a ciencia cierta lo que significaba, infusamente lo entiende, lo considera necesario por ser miembro vivo y corresponsable de la Iglesia Universal. Para ello hace sacrificios y mucha oración, asiste a la adoración del Santísimo en la Gratitud Nacional en donde rezaban por la Reparación Sacerdotal.

En una carta, dirigida a una amiga de su madre, escribe: “Mucho le agradecería me enviara una amplia explicación de la Reparación Sacerdotal; pues, aunque ya pertenezco a ella, sin embargo, no me lo han explicado muy bien. Y yo, como deseo ser carmelita –la cual se propone rogar por los sacerdotes–, tengo verdaderos deseos de llenarme por completo del espíritu de reparación, ya que creo le agradará a N. Señor, pues sufre tanto por las ofensas de aquellos que, llamados a ser sus verdaderos e íntimos amigos, muchas veces lo olvidan y lo olvidan. ¡Cuántas veces he sentido en el fondo de mi alma, al ver sacerdotes indignos de tal nombre, mucha pena! Y mucho tiempo atrás ofrecía una vez a la semana, la comunión y la Misa para rogar y reparar por ellos”.

Desde muy pequeña Juanita ha participado en cuerpo y alma en las misiones de Chacabuco, después en Cunaco y más tarde en San Pablo de Loncomilla. Cuando estuvo veraneando en Algarrobo, salía a las caletas a buscar a los hijos de los pescadores para enseñarles a querer a Jesús y a la Virgen María y así prepararlos para la primera comunión.

Sentía que a Él debía acercar las almas, manifestándoles la inmensa alegría que significa conocerlo y amarlo. Teresa de Los Andes fue un apóstol del Señor, una verdadera misionera en todo el sentido de la palabra, conquistando a las almas por “el apostolado y la oración”.

Sin embargo, el gran apostolado que ejerció en el mundo, sin ella misma darse cuenta, fue el ejemplo de su propia vida, vida de alegría, de generosidad, responsabilidad, amor, fidelidad, correspondencia a la voluntad de Dios, como católica y miembro activo de la Iglesia; como chilena comprometida con su patria y los que sufren, como hija, hermana, amiga, alumna y luego dueña de casa.

Su sentido eclesial va ampliándose, se desborda de tal manera que desea abarcar a toda la humanidad. El Señor la quiere en un pobre y lejano monasterio de carmelitas descalzas de Los Andes. Y allí va Juanita, convirtiéndose en Teresa de Jesús, para “vivir espiritualmente unida al mundo entero... y santificarse a sí misma para que la savia divina se comunique, por la unión que existe entre los fieles, a todos los miembros de la Iglesia”.

Su madre, doña Lucía, es la primera en admirarse de la alegría de Teresa en el Carmelo. Gracias a ella abandona la creencia del Juez castigador porque va descubriendo al Dios Amor, a Dios Padre y Amigo, al Dios Misericordioso que se comunica y se da; el mismo Señor que se manifiesta en su hija. Al Dios que es “alegría infinita”, que transforma todos los temores en el más puro amor y confianza y en “una ternura que no conoce término”.

También Rebeca, la hermana menor, la que no puede comprender cómo ella quiere tanto al Señor y consagrarse para siempre a Él, “cuando no recibe ninguna muestra de cariño exterior”, va descubriendo, guiada por las cartas de Teresa y por la alegría que percibe en su nuevo estado, que “Dios demuestra su amor mucho más que todas las criaturas y que a cada instante se reciben muestras de su amor infinito”. Teresa lo vive de tal manera que es imposible dejar de percibirlo detrás de las rejas y sus escritos, que meses después de su muerte entra al Carmelo, al mismo monasterio de Los Andes.

Los santos para que sean tales, arrastran a muchas almas a Dios. Teresa fue el instrumento del Señor para despertar vocaciones religiosas entre sus amigas. Varias de ellas la imitaron y consagraron su vida al Señor.

Es Jesús quien se encarna en Teresa de Los Andes para llamar ahora a los jóvenes por su nombre, para decirles que vayan a Él “como el amigo más íntimo y contarle todo lo que pasa por sus almas”.

En 11 meses llegará a las cumbres del Amor guiada por María, la Madre de Dios, para configurarse con Cristo por toda la eternidad. El largo camino de la santidad lo había recorrido en el mundo entre los suyos. En el Carmelo, el Señor terminó de perfeccionarla y purificarla.

Ana María Risopatrón

sábado, 12 de julio de 2025

La devoción a la Virgen de Guadalupe disminuye el estres

 

Del sitio Fundación Cari Filii:

Un estudio realizado por la Universidad de Alabama ha llegado a una conclusión muy llamativa. Investigando el vínculo existente entre la fe y la salud observaron que aquellas personas que tenían devoción a la Virgen de Guadalupe tenían menos problemas de salud relacionados con el estrés.

Esto nos lleva a ver lo importante que es la fe. En los resultados del estudio, encontré que en las personas que están expuestas al estrés su bienestar disminuía con el tiempo. Pero los que eran devotos guadalupanos rompieron ese patrón”, asegura Rebecca Read-Wahidi, autora del estudio, y antropóloga médica.

La investigadora se centró en la inmigración latina que trabaja y vive en Mississipi, sobre todo de origen mexicano. Entre ellos hay muchos que no tienen papeles y que no saben el idioma, por lo que además de la pobreza y los trabajos más duros tienen miedo a ser detenidos y deportados. Tras entrevistar y analizar los datos que le facilitaron estos inmigrantes, pudo concluir que tener una patrona y protectora ayuda a aliviar el estrés físico y mental con el que viven parte de estas comunidades.

Rebecca Read estudió en la misma Universidad Estatal de Misisipi en la que actualmente trabaja en su Centro de Investigaciones Sociales. Sus estudios de español la llevaron a México, donde conoció la enorme devoción que existe a Nuestra Señora de Guadalupe, cuya fiesta se celebra precisamente el próximo 12 de diciembre.

Mientras estuve allí, comencé a interesarme por el catolicismo mexicano porque era diferente a lo que yo estaba familiarizada, afirmaba esta investigadora a Mississippi Catholic, periódico de la Diócesis de Jackson, y que recoge Crux. Y cuando volvió de nuevo a Estados Unidos se dio cuenta de que la imagen de la Virgen de Guadalupe estaba ya muy presente en su ciudad.

Confesaba que es realmente fascinante para mí porque realmente es un contraste en Mississipi, que es muy protestante. Y aquí está ahora esta fiesta mexicana que se lleva a cabo en las calles de un pueblo de Mississipi”.

Read-Wahido dedicó su trabajo de fin de carrera a la relación entre la Virgen de Guadalupe y las comunidades de inmigrantes que vivían en Misisipi. Pero ella amplió su tesis mientras estudiaba un doctorado  en antropología médica biocultural, y aquí fue donde descubrió los efectos beneficiosos de la devoción a la Virgen, en este caso la guadalupana.

Así pasó de ver simplemente esta relación festiva entre latinos y la Virgen a analizar cómo les sirve para lidiar con el estrés, específicamente el estrés migratorio”.

Para realizar su investigación contó con  la ayuda de las misioneras guadalupanas del Espíritu Santo, que trabajan en este estado con inmigrantes de toda América Latina, especialmente con mexicanos, la comunidad más numerosa.

Las hermanas la recibieron, presentándola a la comunidad y facilitando las reuniones. Read-Wahidi desarrolló una macro encuesta para medir el impacto de su fe en su salud.

Pronto descubrió que para los encuestados, latinoamericanos emigrados a EEUU, la Virgen de Guadalupe era una figura materna en toda regla, con la que incluso mantienen conversaciones durante todo el día.

María "escucha sus preocupaciones", afirmaba la Hermana Lourdes González, de las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo, quien ayudó con el estudio. "Es una forma de orar. La gente le habla como si estuviera viva y en la habitación. Ella tiene un lugar especial en la familia".

El padre Tim Murphy, párroco de la Parroquia de Santiago en Tupelo, confirma que "Ella es su madre en la fe, en el cielo y está presente para ellos", dijo.

Esta conexión con los pobres puede ser la razón por la cual las personas ven a María como la intercesora perfecta. "Puede que no se sientan cómodos hablando con Dios, pero pueden hablarle a la Virgen. Ella es la figura materna. Cuando están tan lejos de casa, necesitan una figura materna", dijo Read-Wahidi.

El redentorista Michael McAndrew ha trabajado en el ministerio hispano durante muchos años y realiza presentaciones sobre la experiencia de San Juan Diego. "Cuando Juan Diego no quiere ir al obispo, María le dice ‘¿no estoy aquí? ¿No soy tu madre? ¿Tu madre no te protegería en tu viaje? Estoy con vos".

Read-Wahidi escribió que los inmigrantes ponen su estrés en manos de María: "Cuando les pregunté a las personas que le pedían a la Virgen que los ayudara, mencionaron: encontrar trabajo y conservar sus trabajos, no ser deportados o arrestados, la salud de su familia en México y aquí en los Estados Unidos, la seguridad de los miembros de la familia que cruzaban la frontera y su regreso seguro a casa".

Estas oraciones ofrecen alivio al estrés de su vida cotidiana. "Ellos son vistos como extraños. Ellos no son iguales (aquí). Ellos tienen la experiencia del racismo. Es una manera de recordarse a sí mismos que, a los ojos de la Virgen, todas las personas son iguales", dijo Read-Wahidi. Esta idea se ha extendido a otros inmigrantes a través de celebraciones públicas que rodean la fiesta.

Todos los años, en alrededor de la festividad del 12 de diciembre, los inmigrantes de todo Mississippi salen a la calle para mostrar a su Madre y celebrar su amor y protección.

Las celebraciones incluyen procesiones, bailes tradicionales, comidas y liturgia. "Hacen que la celebración sea pública: se saca a la calle. Le da a la comunidad mexicana la oportunidad de compartirla (la Virgen). Disfrutan viendo a otras personas abrazarla", explicó Read-Wahidi.

"Hacemos procesiones porque sabemos que como pueblo caminamos en la vida, estamos en un viaje: caminamos hacia el cielo, hacia Dios", añadía la hermana González.

María, Reina de las Familias, ruega por nosotros

 

 

viernes, 11 de julio de 2025

Poema a la Virgen de San Juan Damasceno

 


Del sitio Píldoras de Fe:

 
Madre, Eres el Edén espiritual, 
más sagrado y más sublime que el anterior. 
En el primero habitaba el Adán de la tierra; en ti, el Señor del cielo.
 
El arca de Noé es la prefiguración de tu ser 
porque guardó en sí el germen de la segunda creación. 
Tú das a luz a Cristo, 
la salvación del mundo 
por la cual quedaron sepultados los pecados y apaciguadas las aguas.
 
Así como Jacob vió el cielo y la tierra unidos por una escalera, 
y los ángeles que subían y bajaban por ella,
 y a Aquel que es el invencible y el único fuerte, 
luchar con él una lucha simbólica, 
así tú misma has sido hecha medianera 
y escalera por la que Dios descendió hacia nosotros 
y tomó sobre si la debilidad de nuestra sustancia, 
abrazándola y uniéndola estrechamente a si.

jueves, 10 de julio de 2025

Carlo Acutis: El Rosario es la escalera mas corta para subir al cielo

 

Del sitio Catholic Vote:

El Arzobispo de la Archidiócesis de Los Ángeles, Mons. José H. Gómez, insta a los fieles a profundizar su devoción al Rosario, haciéndose eco de las palabras del Beato Carlo Acutis, quien una vez describió la oración como "la escalera más corta al cielo".

En una carta del 25 de septiembre publicada en Angelus News, el Arzobispo exhortó a los fieles a incorporar el rosario en sus oraciones diarias, particularmente al acercarse octubre, un mes dedicado al Santo Rosario, destacado por la Fiesta de Nuestra Señora del Rosario el 7 de octubre.

El Arzobispo subrayó que Jesús enseñó que para entrar en el Reino de los Cielos hay que hacerse como niños, un mensaje que desafía la inclinación de cada uno a controlar su vida.

"Convertirse en niños pequeños es un viaje, es una conversión del corazón. Llevará toda la vida, así que tenemos que empezar una y otra vez", escribió el Arzobispo.

El Arzobispo Gomez compartió que el rosario, a menudo introducido en la infancia, sirve como una oración accesible y profunda que conecta a quienes lo rezan con los misterios de la vida de Cristo a través de los ojos de Su madre, María. Según el Arzobispo, la naturaleza repetitiva del rosario fomenta un sentido de asombro y contemplación, atrayendo a quienes lo rezan hacia la narrativa de la salvación.

Ante la proximidad de la festividad de Nuestra Señora del Rosario, el 7 de octubre, el Arzobispo animó a los fieles a "aprovechar este mes para profundizar nuestra devoción a esta oración de los hijos de Dios".

Sugirió a quienes ya estén familiarizados con esta oración que profundicen en su contemplación y "hagan una pausa antes de cada misterio y se sitúen en la 'escena'", mientras que los recién llegados empiecen con un solo misterio cada día. 

"Elige tu preocupación más urgente y reza tu rosario por esa intención", animó, diciendo a los lectores que “vean lo que sucede, especialmente a su corazón”.

El Arzobispo Gómez también destacó a varios santos que fueron "apóstoles del Rosario", incluyendo al Beato Carlo Acutis. 

"El Beato Carlo llamó al rosario 'la escalera más corta para subir al cielo'", escribió el Arzobispo Gomez. "Eso es verdad. Y deberíamos subir esa escalera unos cuantos peldaños cada día".

El Arzobispo concluyó: "Que Nuestra Señora del Rosario nos ayude a cada uno de nosotros a amar cada vez más a su Hijo y a convertirnos en los niños pequeños que estamos hechos para ser."

miércoles, 9 de julio de 2025

María ¿un puente hacia la unidad de los cristianos?

 

Del sitio Catholic 365:

María, la esperada película de Netflix, presenta un dramático relato de la vida de María, la madre de Jesús. Dirigida por el cineasta católico D.J. Caruso y escrita por Timothy Michael Hayes, la película explora las pruebas, el coraje y la fe inquebrantable de María. Con un reparto internacional repleto de estrellas, como Stephanie Nur, Susan Brown y Eamon Farren, esta "epopeya bíblica de madurez" promete poner de relieve la resistencia de María ante retos extraordinarios, profundizando en sus experiencias emocionales y en los tremendos obstáculos a los que se enfrentó.

La narración comienza con la concepción milagrosa de María, centrándose en la intervención divina que forjó su destino, y sigue su viaje a través de los esponsales con José, el rechazo social y la peligrosa huida a Egipto. Los desafíos de estos momentos se describen vívidamente, pintando un cuadro de las luchas personales y comunitarias que tuvo que soportar. La historia resuena con pasajes bíblicos clave como Lucas 1:38, el fiat de María, cuando dice: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra". Estos versículos anclan los temas de la confianza, la perseverancia y el amor que definen la película, al tiempo que añaden profundidad y humanidad a su personaje mientras atraviesa pruebas inimaginables.

La participación de Joel Osteen como productor ejecutivo ha despertado curiosidad y controversia, sobre todo entre los católicos. Conocido por su enfoque en la teología del evangelio de la prosperidad, el papel de Osteen contrasta con el ejemplo de María de humildad, paciencia y confianza en Dios. Sin embargo, esta colaboración entre las perspectivas católica y protestante ofrece una oportunidad única para explorar el atractivo universal de María, destacando la posibilidad de unirse a pesar de las diferencias doctrinales. La película invita a los espectadores a ver a María como un puente que une diferentes puntos de vista cristianos, celebrándola como una figura inspiradora en todas las confesiones.

La productora Mary Aloe describe la historia como una historia de "fe, esperanza y amor puro", haciendo hincapié en el profundo viaje emocional y espiritual que experimenta María. Esta visión compartida entre los cineastas refleja el poder de María para trascender las líneas confesionales, inspirar unidad y demostrar que su historia de sacrificio y amor habla a personas de todos los orígenes. La película, por tanto, se convierte en un conducto para debates sobre la fe y los hilos comunes que unen a los creyentes, independientemente de las divisiones sectarias.

Enraizada en la teología católica, María integra doctrinas como su Inmaculada Concepción y su virginidad perpetua, presentándola como plenamente humana y divinamente elegida. La película se basa tanto en relatos bíblicos canónicos como en fuentes apócrifas, como el Protoevangelio de Santiago, lo que enriquece su profundidad histórica y espiritual y permite al público apreciar en toda su extensión la importancia de María en la tradición cristiana. Este enfoque por capas ofrece no sólo una narración de su viaje físico, sino también una exploración de su vida interior, su fe y su inquebrantable dedicación a la voluntad de Dios.

El director D.J. Caruso pretende presentar a María como una figura cercana al público moderno, al tiempo que mantiene la reverencia por su papel en la historia de la salvación. Combinando la visión teológica con el arte cinematográfico, Caruso busca crear una conexión profundamente emocional con los espectadores, ofreciendo una visión de los pensamientos y temores de María, y la profunda confianza que la llevó adelante. Los elementos cinematográficos, incluidos los potentes efectos visuales y la música conmovedora, ayudan a ilustrar tanto los retos cotidianos como los momentos trascendentales que marcaron su vida, con el objetivo de inspirar la fe y la reflexión en todas las tradiciones.

El alcance mundial de Netflix ofrece a Mary una plataforma para atraer a públicos diversos con la historia de María. Se trata de un hito significativo para los medios de comunicación católicos, que demuestra el potencial de las narrativas basadas en la fe para prosperar en el entretenimiento dominante, llegando a personas que de otro modo no se encontrarían con estas narrativas. Al utilizar el inmenso alcance de un gigante mundial del streaming, la historia de María está preparada para resonar más allá de los muros de la iglesia, llegando potencialmente a millones de espectadores en todo el mundo.

Los temas de la película, como el valor, el amor y la confianza, ofrecen oportunidades para la evangelización, invitando a los espectadores a explorar verdades espirituales más profundas en un formato accesible y emocionalmente atractivo. El viaje de María ejemplifica Juan 1:14: "El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros". Al mostrar su humanidad, sus luchas y su fe inquebrantable, María tiende un puente entre lo extraordinario y lo relatable, haciendo su historia accesible a los espectadores modernos. El énfasis en sus miedos, alegrías y triunfos de la vida real ayuda al público a encontrar puntos en común con sus experiencias, fomentando una conexión personal y espiritual.

El papel de María como Madre de Dios es fundamental en la teología católica, pero a menudo se minimiza en las tradiciones protestantes. El hecho de que la película se centre en su humanidad y su valentía abre el diálogo y fomenta el reconocimiento de su importancia en todas las confesiones cristianas. Al destacar sus cualidades como madre, sierva y mujer de profunda fe, la película la hace comprensible para personas de diversos orígenes cristianos, fomentando el respeto y una comprensión más profunda.

Pasajes como Lucas 1:46-49, donde María declara: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador", ponen de relieve su humildad y su papel universal como sierva de Dios. Estos temas compartidos de devoción, sumisión y alegría en el plan de Dios son aspectos que todos los cristianos pueden apreciar, independientemente de las diferencias confesionales. Al destacar estos aspectos compartidos, María podría inspirar conversaciones más profundas sobre su lugar en la historia cristiana, promoviendo una comprensión más unificada de su papel y significado en la historia de la salvación. El retrato que esta película hace de María anima a los espectadores a reconocer su importancia no sólo en la narración bíblica, sino también en la vida de fe actual.

Los católicos tienen la oportunidad de comprometerse con María de forma reflexiva y caritativa:

  •     Rezar por los creadores y los espectadores: Reza por el director D.J. Caruso, la productora Mary Aloe, Joel Osteen y el reparto, así como por el público que verá la película, para que se sientan tocados por el ejemplo y el mensaje de María.

  •     Mirar con atención: Acérquese a la película con curiosidad y mente abierta, observando sus puntos fuertes, sus méritos artísticos y las áreas en las que la exploración teológica podría profundizar la comprensión de la vida y el papel de María.

  •     Utilizarla como tema de conversación: Compartir la película con familiares, amigos y miembros de la comunidad, suscitando debates sobre la vida de María y su relevancia en la actualidad, e invitando a otros a reflexionar sobre su humanidad y divinidad.

  •     Fomentar el diálogo con caridad: Al discutir las diferencias teológicas, céntrate en los temas compartidos e invita a los demás a explorar la teología mariana con paciencia y respeto, evitando los enfoques polémicos. Esta película ofrece una excelente oportunidad para salvar las diferencias de entendimiento con delicadeza y caridad.

María es más que una película, es una oportunidad cultural y espiritual. Al presentar a María como una figura de valor, amor y sacrificio, la película tiene el potencial de salvar divisiones confesionales y fomentar la unidad cristiana, abriendo puertas a un mayor entendimiento mutuo. Su historia, aunque ambientada en la antigüedad, encierra mensajes de gran actualidad, que ponen de relieve valores como la confianza en Dios, la resistencia ante la adversidad y el amor desinteresado.

Con su estreno mundial en Netflix, Mary garantiza que esta historia intemporal llegue a un público amplio. Mientras los cristianos se reúnen en oración, diálogo y aprecio compartido, este momento de gracia podría abrir las puertas a un mayor entendimiento y a una fe compartida. La película desafía a los espectadores a ir más allá de las divisiones teológicas y a celebrar lo que les une en su camino de fe.

martes, 8 de julio de 2025

La entrega al Inmaculado Corazón de Santa Teresa de Calcuta que puede cambiar tu vida


Del sitio Fundación Cari Filii

En Fátima la Virgen María lanzó un claro mensaje que expresó primero a los tres pastorcitos. En este mensaje salvador para las almas resaltaba la importancia de rezar el Rosario en reparación por los pecados del mundo pero también promover la devoción al Inmaculado Corazón de María.

Al igual que otros muchos católicos, la Madre Teresa, Santa Teresa de Calcuta, comprendió el poder y la fuerza del Rosario de la que habló la Virgen en Fátima. Una anécdota sobre lo que significaba para ella ocurrió en un aeropuerto en el que se encontraba en uno de los numerosos viajes que tuvo que realizar en vida. Allí, preguntaron a los viajeros si llevaban algún tipo de arma. Ella cumpliendo con la petición del agente de seguridad sacó de la mano su arma y la extendió: se trataba de su Rosario.

Pero también comprendió perfectamente el misterio y la fuerza del Inmaculado Corazón de María. La teóloga Julie Onderko profundiza en Catholic Exchange sobre este punto y cita para ello al padre Michael Gaitley, que escribió: “el corazón se refiere a la vida interior de uno y al asiento del Espíritu Santo que mora en nosotros”. El corazón es, por tanto, la esencia de la persona. Es el núcleo de la identidad de cada uno pues involucra el pensamiento, la voluntad, el amor y las decisiones que se toman.

A través del Inmaculado Corazón de la Virgen María, las almas son rescatadas, las gracias obtenidas y los planes del diablo interceptados. Nuestra Santísima Madre les explicó esto a los niños de Fátima: “Habéis visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores. Es para salvarlos que Dios quiere establecer en el mundo una devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacéis lo que yo os diga, muchas almas se salvarán, y habrá paz’”.

Precisamente, Santa Teresa de Calcuta comprendió también el poder espiritual y el significado del corazón de María y con confianza infantil pidió: "María, préstame tu Inmaculado Corazón".

También pidió a la Virgen que tomara el suyo a cambio: Guárdame en tu más puro corazón”. La vida de la Madre Teresa, su capacidad de amar sin medida, fue un regalo al mundo hecho posible a través del Inmaculado Corazón de María.

Esta santa de la caridad puede ser un ejemplo para el hombre de hoy. Se trata de pedir esto mismo a la Virgen, aunque pueda parecer demasiado simple o ingenuo. Si se le pide a nuestra Madre Celestial, ella prestará su corazón para que el que lo haga pueda llegar a amar a Jesús como se merece. A su vez, cada uno debe ofrecer su propio corazón y ella lo transformará para convertir a la persona en "puro de corazón".

La devoción de Jacinta al Inmaculado Corazón le permitió amar, rezar y ofrecer sacrificios por la salvación de las almas. Esta vidente deseaba poner ese mismo amor y "fuego", como ella lo llamó, "en el corazón de todos". Su celo – de hecho su "fuego" – son evidencia de la obra del Espíritu Santo en su joven corazón. Ella le dijo a su prima: “¡Amo tanto al Inmaculado Corazón de María! Si pudiera poner en el corazón de todos el fuego que arde dentro de mi propio corazón…".

La Virgen María guardaba los asombrosos acontecimientos del plan de salvación en su corazón: “María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón” (Lucas 2,19). Su papel en el plan de rescate de Dios siempre fue traer a Jesús al mundo. Desde el principio, nuestra Santísima Madre se ocupó de su misión. “Fue apresuradamente” y llevó al Salvador, escondido en su vientre a la casa de Isabel y Zacarías. Todo el plan de salvación involucra el corazón de María a través de su identidad como Madre del Salvador y Madre de la Iglesia.

San Luis de Montfort afirmaba que cuando el Espíritu Santo encuentra a su santa esposa, María, en un alma, se apresura a entrar en ella en proporción al lugar que le ha dado. El Espíritu Santo habitó, y aún lo hace, en el alma de la Madre Teresa, su misión y su obra, porque allí encontró el corazón de María.

Si uno quiere que el Espíritu Santo more en él, que haga su vida espiritualmente fecunda y triunfante contra el enemigo. Una ayuda es seguir el ejemplo de la Madre Teresa y pedir a María que le preste su corazón y tome el suyo a cambio. Una de las formas más poderosas de lograr esto es a través consagración mariana.

La consagración mariana significa consagrarse a Jesús por María. Se trata de acercarse más a Jesús y la forma más fácil, rápida y directa de llegar allí es a través del corazón de Su Madre. Quienes han hecho esto, en el mejor sentido, nunca han vuelto a ser los mismos. Dar el corazón a María supone un cambio de vida.

Javier Lozano

lunes, 7 de julio de 2025

El bombero que se convirtió en el incendio de Notre Dame

 

Del sitio Gaudium Press:

"Era el 15 de abril de 2019, estaba en el parque de bomberos y sentí que había mucho revuelo. Normalmente, solo sale un camión para una intervención, pero esta vez salió un segundo camión, luego un tercero... Las campanas de salida no paraban de sonar. Así que me dije: 'Bajemos a ver qué pasa'". Así describe el bombero Matthieu (nombre ficticio, ya que desea permanecer en el anonimato) cómo se enteró de que la "catedral del mundo" estaba ardiendo.

Cinco años después del suceso, y en vísperas de la reapertura de la grandiosa iglesia que ayudó a salvar de las llamas, Matthieu relata ahora a Les 7 routes de Notre-Dame no sólo hechos relacionados con el incendio, sino también su conversión a la fe romana, a la fe de Notre-Dame.

"Cuando llegué, me sobrecogió ver a toda esa gente de rodillas, rezando. Era impresionante. Cantaban y rezaban, y se notaba que estaban destrozados. Todo el mundo estaba increíblemente unido. Y fue muy hermoso. Por otra parte, nos dimos cuenta de que aquello era muy grave. El inmenso humo no desmentía nuestra impresión. Cuando llegamos, la torre seguía en pie, pero al derrumbarse se decidió recuperar los tesoros de valor incalculable. Entre ellos había reliquias, la corona de espinas, clavos de la crucifixión de Nuestro Señor, así como custodias y otros objetos litúrgicos. El responsable de la catedral pidió a los bomberos que salvaran prioritariamente todo esto y algunos objetos más. Todo nuestro equipo acudió a la sala del tesoro. Esto es excepcional de por sí, así que reconozco que sabía que estaba viviendo algo especial. El objetivo era salvar el mayor número posible de obras, con sumo cuidado".

De niño, Matthieu iba a misa e incluso fue monaguillo. Pero como bombero, no pudo compaginar el dolor humano con la bondad de Cristo: "Lo dejé todo, no entendía por qué Nuestro Señor lo permitía. Lo dudé durante muchos años y, el día del incendio, por sorprendente que parezca, salí convertido de la catedral". ¿Cómo ocurrió esto?

"Cuando entré en la catedral, había un agujero abierto en el techo. Delante de mí estaba el altar y la famosa cruz, que creo que todo el mundo vio en las fotos después del incendio. Aquella cruz brillaba con todo su esplendor. Pero, ¡mirad! NO estaba iluminada. Difuminaba la luz. Sólo se veía. Y tengo que admitir que en ese momento sentí una gran paz y sentí que no había necesidad de tener miedo, ¡porque para mí era realmente el fuego del siglo! Me quedé allí de pie durante 10 o 15 segundos, aturdido por esta visión... Me quedé totalmente prendado de esta cruz. Luego volví al trabajo. En ningún momento me sentí en peligro, y esto fue un detonante para mi reconciliación con Nuestro Señor. Me preparé viendo rezar a todos esos fieles, como te dije al principio. Ahora puedo decir que la presencia de Nuestro Señor ya estaba allí para confortarnos. Era una señal del cielo. Dios quería ver cómo nos comportaríamos en esta prueba. Aquella visión cambió mi vida. Por supuesto, voy a misa varias veces a la semana cuando me es posible, he vuelto a rezar, veo muchas películas para ponerme al día en muchas cosas que no aprendí durante todo ese tiempo sin Nuestro Señor. También me he crismado y disfruto acompañando a alguien en el catecumenado. Pero sobre todo, estoy mucho más atento al Señor y veo todos los signos que nos envía a través de los demás. Mi corazón está abierto y trato de darme. Me gusta mucho dedicar mi tiempo a los demás. Me gusta escuchar a los demás porque me doy cuenta de que la gente necesita hablar, pero sobre todo necesita que la escuchen. No siempre es fácil, tengo que admitirlo, pero es realmente lo que la gente necesita en estos momentos".

La conversión fue una especie de regreso familiar: "Ellos [su familia] me han acompañado en esta conversión; mi madre ha vuelto a ir a misa, mis parientes pasean".

"Todas las mañanas empiezo el día con Nuestro Señor. No siempre es fácil, pero intento sacar tiempo para ello. Verás que nos tranquiliza, y nos dejamos moldear", concluye.


domingo, 6 de julio de 2025

Nuncio de Angola pide rezar el Rosario a diario por el Papa León XIV

 

Del sitio Gaudium Press

En su homilía durante la Misa de Acción de Gracias por la elección del Cardenal Robert Francis Prevost como 267.º Pontífice de la Iglesia, el 8 de mayo, el Nuncio Apostólico, Mons. Kryspin Witold Dubiel instó a los fieles a confiar el nuevo Romano Pontífice a la protección maternal de la Virgen de la Concepción de Muxima y a la guía del Espíritu Santo rezando el Santo Rosario todos los días por el Papa León XIV.

El representante del Santo Padre en Angola describió al Papa León XIV como “un hombre de fe, de oración y de servicio, con un corazón misionero y mariano”.

Recemos el Rosario diariamente por el Papa León XIV. El Papa necesita nuestras oraciones, y el mundo necesita claridad, valentía y amor”, dijo Mons. Dubiel durante la celebración eucarística del lunes 30 de junio en la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima de la Arquidiócesis de Luanda.

Y añadió: “No es fácil llevar la cruz del Papado en el mundo actual”. El prelado hizo un llamado al pueblo de Dios en Angola para que asuman la misión del Santo Padre como parte de una batalla espiritual mayor, que debe librarse con la oración.

Que nuestra Madre, la Virgen de Muxima, lo proteja con su manto sagrado. Y que el Espíritu Santo lo guíe siempre por el camino de la verdad y la santidad”, imploró.

El Nuncio Apostólico continuó: “Que la Reina del Rosario interceda por el Santo Padre y por toda la Iglesia, y que desde Angola se eleve un grito de amor, fe y unidad. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen María! ¡Viva el Papa León XIV!”.

En su homilía del 30 de junio, Mons. Dubiel reflexionó sobre la naturaleza profética del Ministerio Petrino: “El Primado es un servicio: el servicio de pastorear el rebaño del Señor, de presidir con caridad, de dar testimonio de Cristo”.

El arzobispo, originario de la diócesis de Przemyśl, Polonia, recordó a los presentes que la autoridad en la Iglesia no es un privilegio, sino una vocación arraigada en la humildad, la solidaridad y el testimonio.

Inspirándose en la figura de San Pedro, el Arzobispo Dubiel explicó que el Papa continúa la misión de Pedro de confirmar a los fieles y proclamar el Reino de Cristo.

Pedro recibe las llaves del Reino de los Cielos y el poder de atar y desatar en la tierra y en el cielo”, afirmó. Y añadió: “El riesgo para todos es convertirnos en fariseos, sabios, pero lejos de la humildad y la dulzura del Corazón de Jesús”.

No basta con conocer el Evangelio; debemos vivirlo con sencillez de corazón y comunión fraterna”, dijo el Nuncio Apostólico en Angola.

Con información de Aciafrica
Traducción de Gaudium Press

sábado, 5 de julio de 2025

Cincuenta años de casados empezando el día con "en el Nombre del Padre" pero también con café

 

Del sitio Aleteia:

Ambos tienen más de 70 años y viven plenamente la alegría del matrimonio. Al preguntarles por su secreto, responden: "Empezamos el día en el nombre del Padre, pero también con café, y estamos en presencia de nuestros amigos, Jesús y María.

Casados. Siempre juntos. Llenos de alegría. Sencillos, naturales, puros: de esas almas que solo los niños pueden imitar. Cuando hablas con ellos, el mundo parece inmediatamente más hermoso.

Wojtek y Terenia tienen más de 70 años; de los cuales, han pasado 50 casados. Hoy, cuando el matrimonio podría parecer obsoleto, ellos son el testimonio de la fuerza del sacramento.

"Nos complementamos, conocemos nuestro valor. Somos como dos eslabones sin los cuales una máquina no puede funcionar. Si no hay enchufe, y falta una de las clavijas del enchufe, no hay mundo. Si hay dos, hay luz", explica con pasión Wojtek.

Esta adorable pareja encarna las palabras del Señor Jesús: "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Y así ya no son dos, sino una sola carne" (Mateo 19,5-6).

Terenia y Wojtek Kwapiński, ungidos con la alegría de Dios, ejercen su ministerio en diversas parroquias de la arquidiócesis de Częstochowa (Polonia).

Durante varios años fueron animadores de la "Comunidad de los Corazones de Jesús y María". Wojtek toca la guitarra, Terenia canta salmos con las manos en alto. "Alguien dijo una vez que estamos hechos para que yo cante y él toque el salmo".

Han sido ministros en un hospital, a donde acudían a rezar por el personal y los pacientes, en en la capilla de San José para los sin techo (Czestochowa), en Nueva York, Varsovia, Leśniowe, Wieluń, Pajęczno, y, a diario, en las parroquias de Radomsko.

Terenia y Wojtek rompen definitivamente el estereotipo de católico serio y triste. ¿De dónde sacan su fuerza y su alegría de vivir? En gran medida, de los dones del Espíritu Santo, pero resulta que también del "chantaje".

Terenia, cuando experimenta alguna preocupación, sufrimiento o carencia, pide inmediatamente: "Señor Jesús, Tú eres mi Amigo. Si Tú es mi Amigo, no dejes que me preocupe por mucho tiempo". "A veces le chantajeo", confiesa. Y como el mismo Señor Jesús ha afirmado que en Él se refugia la alegría, no puede negarse a Terenia.

Aleteia: Tienen siempre una alegría que se comparte con los demás. Y no es artificial, ¿de dónde viene?

Terenia: Si Jesús no hubiera curado nuestras heridas con amor, desde la cruz, no seríamos libres. Y este es todo el secreto del éxito de Dios en nuestras vidas. Esta alegría viene de la simple constatación de que mis pecados me han sido perdonados; que ya no vuelvo a ellos y que Jesús me ha dado la libertad, que es el mayor regalo que he recibido, además de la paz del corazón.

En esta vida hay tanta alegría, tanta satisfacción, tantos momentos hermosos... ¡y todo es en el Nombre de Jesús!

No podemos centrarnos en la preocupación de perder la salud, de todos modos no servirá de nada. Preocuparse no conduce a nada. (Ante la dificultad) inmediatamente invoco al Espíritu Santo para que alegre mi alma, porque no puedo tener tristeza en mi corazón.

Cuando alguien considera innecesario ir a la Iglesia, no tiene la fe, ni Jesús y María, no frecuenta el rosario, entonces hay tristeza.

Aleteia: El matrimonio, tan rechazado y marginado por el mundo, florece con ustedes. ¿Cuáles consideran que son los frutos del sacramento?

Terenia: ¡Qué poderoso es este sacramento! Veo los frutos de este sacramento cuando servimos juntos a nuestra Iglesia, pues se nos pide ir juntos, como un "nosotros"; es decir, la pareja casada.

Realmente puedes casarte y los votos estarán vacíos si las palabras no se traducen en la vida cotidiana. 

"Solo se empieza a vivir cuando Dios entra en el matrimonio, cuando se le invita con toda la conciencia".

¿Y si no hay espacio para Dios en la pareja? Se puede vivir, por supuesto, pero sin Él no hay amor, ni felicidad, ni alegría.

Este sacramento del matrimonio es una fuerza tal que -aunque a veces tengamos crisis, estemos todo el día el uno con el otro, tengamos nuestras debilidades, defectos o momentos mejores y peores- no dejamos que dure en enfado entre nosotros.

Todo empieza por rezar juntos. Aparte de los ministerios, rezamos mucho juntos. Pedimos a Dios que nos proteja de no empezar el día sin la oración, pues no puede haber algo más importante que esto.

Empezamos el día en el nombre del Padre, pero también con café, y estamos en presencia de nuestros amigos, Jesús y María. Luego están el breviario y el rosario.

Wojtek: Para eso es este sacramento, para ser consciente de que estoy jurando a Dios, nuestro Señor. Y cuando juro a Dios, Él cuida de mí, estoy con Él todos los días. Le tengo a Él.

Este voto que uno hace debe ser respetado. Tampoco rezamos deprisa, sino que nos esforzamos. Y cuando vamos en coche, ya sea para los servicios o para cualquier otro fin, siempre hay una oración.

Terenia encuentra enseguida una intención. Recuerdo que, yendo a Bélgica, condujimos durante 12 horas y todo el tiempo hubo oración, adoración, rosario y cantos. Siempre rezo: "Señor Dios, dame fuerzas para cantar y tocar para ti el mayor tiempo posible".

26 noviembre 2024